miércoles, 8 de octubre de 2014

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: El Caso del Sello de Dag Hammarsjold (parte I)

La filatelia al Día
2 De enero de 1981: No. 97
 Por Danilo A.Mueses

“Errare humanum est” o sea “Errar es de humanos",  dice el viejos aforismo latino. Aunque los errores en los sellos han constituido una pesadilla para la mayoría de las autoridades postales en todo el mundo, en filatelia forman parte del condimento que da sabor a las colecciones cuando las mostramos, ya sea en una exposición o a un amigo, los errores llaman mucho más la atención que los sellos normales.

Como señalamos al principio, los errores a los sellos constituyen una pesadilla para las autoridades postales. De ahí que en general se ponga al cuidado en todo el proceso de impresión y luego de impresos. Los sellos deben pasar por una  inspección rigurosa cuya finalidad es detectar cualquier falla o error que haya ocurrido de impresión.

Como consecuencia se esos cuidados especiales, puede asegurarse  que en general pocos  errores llegan al público que compra un sello en la ventanilla de correo. Llegamos aún más lejos  y podríamos afirmar que gran parte de los errores que llegan a los coleccionistas  son el resultado de prácticas inescrupulosas de empleados ya sean de la casa impresora o de las oficinas de correos.
Esa así como muchos de los errores que aparecen en el mercado filatélico entran en la categoría de lo que en inglés se denomina “printer waste” o sea desperdicios de imprenta, que es el material que el impresor rechaza por defectuoso y arroja al cesto de desperdicio, de donde es recogido por personas inescrupulosas quienes lo vende a los coleccionistas, siempre ávidos este tipo de material.
Otros errores, son detectados por los empleados postales quienes lo escamotean para luego venderlos con pingües.

Hay sin embargo errores que escapan de los rígidos controles de impresión y postales y llegan al público. Cuando esto sucede, la mayoría de las administraciones postales los ignoran y si éste es de grandes proporciones, es posible que rueden algunas cabezas y se establezcan controles más rígidos, pero en general no se sabe que ninguna administración postal haya llegado a los extremos que llegó el Correo de los Estados Unidos cuando un coleccionista encontró una hoja de 50 sellos de la emisión en honor a Daz Hammarjold  con el color amarillo invertido.

La historia es tan insólita que merece conocerse en detalle.

En septiembre de 1961 Dag Hammajold, nacido en Suecia y Secretario de las Naciones Unidas desde 1953, murió  en un accidente de aviación en circunstancias aún no totalmente aclaradas, mientras desempeñaba una misión de paz en el ese entonces convulsionado Congo Belga. Su avión  sufrió un accidente cuando se dirigía a Ndola, en Zambia, donde planteaba reunirse con Moisés Tshome muriendo todos los pasajeros.

El 23 de octubre de 1962 las autoridades postales de E.U.

Emitieron un sello de 4 centavos en el cual se muestra a Hammarsjod con las manos cruzadas y en actitud pensativa contra el fondo del edificio de las Naciones Unidas.

Pocos días después, Leonard Sherman, un filatelista residente en Irvington, Estado de New  jersey, compró en la oficina postal de la localidad una hoja de 50 sellos en la cual la tinta amarilla había sido estampada invertida. El error fue el resultado de que las hojas de sellos fueron colocadas en la prensa  al revés, en una de las dos tiradas que requería la impresión de los sellos. En consecuencia, el número de la plancha y el color resultaron, como ya se apuntó, invertidos. El amarillo claro situado en el fondo es muy tenue, por lo cual es muy difícil de detectar y justifica en parte el error, considerado el más importante ocurrido en un sello de los Estados Unidos desde el famoso sello aéreo de 24 centavos en 1918 con el centro invertido.


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