La filatelia al Día
2 De enero de 1981: No. 97
Por
Danilo A.Mueses
“Errare humanum est” o sea “Errar es de
humanos", dice el viejos aforismo
latino. Aunque los errores en los sellos han constituido una pesadilla para la
mayoría de las autoridades postales en todo el mundo, en filatelia forman parte
del condimento que da sabor a las colecciones cuando las mostramos, ya sea en
una exposición o a un amigo, los errores llaman mucho más la atención que los
sellos normales.
Como señalamos al principio, los errores a los
sellos constituyen una pesadilla para las autoridades postales. De ahí que en
general se ponga al cuidado en todo el proceso de impresión y luego de
impresos. Los sellos deben pasar por una
inspección rigurosa cuya finalidad es detectar cualquier falla o error
que haya ocurrido de impresión.
Como consecuencia se esos cuidados especiales,
puede asegurarse que en general
pocos errores llegan al público que
compra un sello en la ventanilla de correo. Llegamos aún más lejos y podríamos afirmar que gran parte de los
errores que llegan a los coleccionistas
son el resultado de prácticas inescrupulosas de empleados ya sean de la
casa impresora o de las oficinas de correos.
Esa así como muchos de los errores que
aparecen en el mercado filatélico entran en la categoría de lo que en inglés se
denomina “printer waste” o sea desperdicios de imprenta, que es el material que
el impresor rechaza por defectuoso y arroja al cesto de desperdicio, de donde
es recogido por personas inescrupulosas quienes lo vende a los coleccionistas,
siempre ávidos este tipo de material.
Otros errores, son detectados por los
empleados postales quienes lo escamotean para luego venderlos con pingües.
Hay sin embargo errores que escapan de los
rígidos controles de impresión y postales y llegan al público. Cuando esto sucede,
la mayoría de las administraciones postales los ignoran y si éste es de grandes
proporciones, es posible que rueden algunas cabezas y se establezcan controles
más rígidos, pero en general no se sabe que ninguna administración postal haya
llegado a los extremos que llegó el Correo de los Estados Unidos cuando un
coleccionista encontró una hoja de 50 sellos de la emisión en honor a Daz
Hammarjold con el color amarillo
invertido.
La historia es tan insólita que merece conocerse en detalle.
En septiembre de 1961 Dag Hammajold, nacido en
Suecia y Secretario de las Naciones Unidas desde 1953, murió en un accidente de aviación en circunstancias
aún no totalmente aclaradas, mientras desempeñaba una misión de paz en el ese
entonces convulsionado Congo Belga. Su avión
sufrió un accidente cuando se dirigía a Ndola, en Zambia, donde
planteaba reunirse con Moisés Tshome muriendo todos los pasajeros.
El 23 de octubre de 1962 las autoridades postales de E.U.
Emitieron un sello de 4 centavos en el cual se
muestra a Hammarsjod con las manos cruzadas y en actitud pensativa contra el
fondo del edificio de las Naciones Unidas.
Pocos días después, Leonard Sherman, un
filatelista residente en Irvington, Estado de New jersey, compró en la oficina postal de la
localidad una hoja de 50 sellos en la cual la tinta amarilla había sido
estampada invertida. El error fue el resultado de que las hojas de sellos
fueron colocadas en la prensa al revés,
en una de las dos tiradas que requería la impresión de los sellos. En
consecuencia, el número de la plancha y el color resultaron, como ya se apuntó,
invertidos. El amarillo claro situado en el fondo es muy tenue, por lo cual es
muy difícil de detectar y justifica en parte el error, considerado el más
importante ocurrido en un sello de los Estados Unidos desde el famoso sello
aéreo de 24 centavos en 1918 con el centro invertido.
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