La Filatelia al Día
21 de agosto de 1982: No 130
Por Danilo A. Mueses
Alvin F. Harlow en su apasionante libro "Entretelones
de la Filatelia", nos relata de un coleccionista que había enviado un
pedido con valor de un dólar y medio a una casa filatélica llamada Triumph
Stamp Co. en Erie, Pensilvania, especificando que deseaba sellos legítimos.
Poco tiempo después, al recibir el pedido descubrió que solo había recibido “falsificaciones
burdas”. Cuando se quejó, la compañía contestó con el mayor despojo del mundo:
“No podemos garantizar que todos nuestros sellos sean genuinos. Nosotros
compramos muchos de ellos a otros comerciantes norteamericanos y los pagamos
como legítimos. Si no lo son, no puede culpársenos, toda vez que no pretendemos
ser peritos en la materia”.
Ese hecho ocurría por la década del 70 del
pasado siglo cuando la ética en filatelia estaba en su punto más bajo. Uno se
crea que esas prácticas de bajo fondo estaban limitadas a unos cuantos
comerciantes desconocidos pues aún
figuras como John W. J. B Moens, quienes en sus años dorados como comerciantes
dieron cátedra de ética filatélica, se vieron envueltos en la producción de
reimpresiones de sellos que luego vendían a principiantes. Por esa época los
valores éticos estaban tan bajos que se cuenta que aún el presidente de una de
las sociedades filatélicas más grandes
de los E. U. alardeaba en un artículo firmado de que él había recorrido amplias
zonas del país comprando cartas antiguas a los granjeros ignorantes por una
fracción de su verdadero valor.
Hoy en día, gracias a la preocupación
constante de sociedades, comerciantes y aún de los coleccionistas, los
estándares éticos se han ido elevando y las operaciones y transacciones se
realizan en un clima de mutua confianza que, no se conocía en el pasado siglo.
No hace mucho escribimos a una de las
principales casas filatélicas de los E. U. pidiendo información sobre la
disposición de un sello cuyo costo se acercaba a los 400 dólares. Como
referencia enviamos nuestro número de afiliación en American Philatelic. A,
vuelta de correo recibimos, no la confirmación de su disponibilidad, sino el
sello mismo.
El caso dista de ser excepcional ya que
anualmente se realizan operaciones por correo por valor de millones de dólares
en compras y venta de sellos, muchas de ellas en ventas “on approval" en
las cuales el comerciante envía sellos a consignación.
Esto no significa en modo algunos que en
nuestro pasatiempo no existan pillos por
lo cual como una garantía del mantenimiento de esa atmósfera de confianza, la
American Philatelic Society. La American Tropical Association y la Society of
Philatelic American, las tres principales sociedades filatélicas de los Estados
Unidos, anunciaron recientemente la adopción del Código de Ética Filatélica.
Este código enfrenta la necesidad de reglas
estrictas que gobiernen la acción disciplinaria contra conductas ilegales o
falta de ética y al mismo tiempo establece guías y regulaciones en muchas áreas
donde las reglas de conducta no estaban tan definidas.
El código consta de 16 reglas que cubren
prácticamente todos los aspectos de la filatelia, desde la compra-venta de
piezas filatélicas de procedencia dudosas, hasta la venta de material reparado
o falsificado.
En la resolución que condujo a su adopción se
urgió a las demás sociedades filatélicas
o adoptarlos como una forma de establecer reglas universales aceptadas
por todos.
Como una contribución a la difusión de tan
importante documento vamos a transcribirlo “in extenso” en nuestra próxima
columna.
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