martes, 23 de agosto de 2016

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Bisecados ( Parte II)

No. 157
El Caribe, 19 de marzo de 1983, Pag 23
La Filatelia Al día
Danilo A. Mueses

En abril de 1901 el crucero Vineta de la marina Germana estaba anclado en el muelle de New Orleans, en los Estados Unidos, durante un viaje de buena voluntad. Era el 17  de abril, en ese día el Kaiser Guillermo cumplía años y la comunidad alemana residente en la ciudad celebró un baile con ese doble motivo, para agasajar a la tripulación y para celebrar el cumpleaños.

La prensa local reportó ampliamente el evento social y como la mayoría de la tripulación asistió al baile, todos quisieron enviar a sus respectivas casas ejemplares de los periódicos.

En vista de que la cantidad de sellos de 3pf existentes en el buque resultó insuficiente para manejar el enorme volumen de correspondencia, el oficial del buque a cargo del correo, cortó 300 sellos de 5pF que había en existencia por la mitad, sobrecargando cada pieza en violeta con “3pf”.

El uso de estos sellos bisecados, causó un gran revuelo en Berlín y de inmediato se envió una comunicación al buque ordenando que cesara la práctica. La carta sin embargo tardó cinco meses en llegar al Vineta y para entonces ya los sellos se habían agotado lo cual convirtió el “affair” de los sellos bisecados en algo totalmente académico.

Los sellos Vineta se convirtieron así en grandes rarezas y en un catálogo de 1978 que tenemos a mano, cotizan a $9,000.00 los nuevos y $8,500.00 los usados.

Muchos coleccionistas conscientes de la rareza y el alto precio que pueden alcanzar los bisecados, los han producido en contubernio con empleados del correo pues en la actualidad, si no hay sellos de un valor en el correo, el parroquiano no tiene reparo en ponerle un sello de mayor valor. Recientemente en Inglaterra, sin embargo, un coleccionista entró a una oficina de Devon y pidió sellos de 3p. Como no había, el empleado de correo le dijo que usara de 6p o que fuera  otra oficina. El parroquiano se negó a ambas cosas y exigió a cambio que le bisecaran los sellos de 6p. Como en Inglaterra, los derechos de los ciudadanos no pueden ser conculcados así porque sí y es obligación de todo empleado de correo servir los sellos del valor que se le pidan, este no tuvo más recursos que bisecar los sellos de 6p que el avispado coleccionista usó en enviar varias cartas con lo cual creó modernos bisecados que luego vendió con pingues beneficios.

En todo este artículo hemos usado la palabra bisecados y un grupo de escritores filatélicos prefieren usar bisectado, Aunque ya la palabra parece haber tomado carta de legitimidad no creemos que se debería usar. Alguien decía que por el hecho de que mucha gente crea algo, no es garantía de que eso sea cierto y la historia y los descubrimientos científicos nos dan abundante ejemplos de eso.

Para comenzar, recurrimos al Diccionario de la Real Academia. En el no aparece bisectar sino bisecar lo cual se define como la acción de dividir una figura en dos partes iguales. En consecuencia no vemos ninguna razón para que hagamos su participio bisectado y no bisecado.


A nosotros nos parece que la expresión bisectado viene del inglés, idioma en el cual la palabra es “Bisected” y a los sellos partidos por la mitad se les denomina “Bisected”. Encontramos justificado el uso en filatelia de expresiones extranjeras (offset) cuando en español no existe una palabra o esta resulta forzada pero como bien nos dijo el eminente filólogo Lic. Max Uribe, a quien consultamos el caso, “si tenemos dinero en casa, no vemos ninguna razón para salir a tomarlo prestado del vecino”

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