sábado, 14 de enero de 2017

El túnel del tiempo de la filatelia: Perfil del Coronel Green (Parte II)

No. 164
Por Danilo Mueses
El Caribe, 7 de mayo de 1963
Pag. 23

Las anécdotas que se cuentan sobre el coronel Green serían suficientes para escribir un libro. Se cuenta que en cierta oportunidad descubrió que uno de los sellos que había comprado estaba reparado. Furioso se dirigió a una empresa de óptica donde ordenó una lente que ampliara un sello de correo hasta el tamaño de un metro cuadrado.

Cuando la lente estuvo terminada a un costo de US$22,000.00 dólares, el aparato resultó tan grande que hubo que sacar el marco de la puerta para poderlo entrar a su casa. Hizo construir una pantalla de porcelana blanca que ocupaba toda una pared donde proyectaba ampliaciones de los sellos. Todo esto no era más que excentricidades del coronel quien en realidad prestaba poca atención a lo que compraba.

Una de las compras que le dio más renombre fue la adquisición el 18 de junio de la hoja completa de 100 sellos de 24c. Aéreo centro invertido de los Estados Unidos. La hoja había sido comprada por William T. Robeyel el 14 de mayo de ese año, primer día de emisión de esos sellos.

Aunque el coronel había planeado quedarse con la hoja completa, al no caberle en sus álbumes, accedió a las peticiones de algunos amigos y vendió la mayoría de los sellos quedándose apenas con unos bloques y sellos sueltos, Los sellos los vendió, los primeros a $175 y $250 y los últimos entre $500 y $600 por sellos.

Y a propósito de sellos con el centro invertido, ésta era otra de las chifladuras del coronel Green y se dice que en su colección había en total 360 sellos con el centro invertido.

En los últimos años de su vida, Green, aquejado por problemas de salud que incluían diabetes, anemia perniciosa y alta presión sanguínea, se alejó de los sellos y se dedicó a acaparar monedas de oro, piedras preciosas y cuanta otra cosa llamara, aunque fuera fugazmente, su atención.

El coronel Green murió el 8 de junio de 1936 en Lake Placid. Su colección de sellos fue evaluada por las cortes y para fines impositivos en $1,298,444. Esa era una valoración más bien académica pues era realmente imposible averiguar cuanto realmente valía esa vasta acumulación de sellos.

Walter S. Scott fue nombrado asesor filatélico y encargado de subastar el material. Scott seleccionó en principio siete casas de subastas (entre ellas Harmer e Irwin Heiman) y más tarde se añadieron dos más.

A fin de evitar inundar el mercado en vista de que estaba en época de estrecheces debido a la II Guerra mundial, las ventas fueron dispuestas en 28 grandes subastas celebradas entre septiembre de 1942 y octubre de 1946. El número total de lotes sobrepasó los 50,000 lo cual da una idea de la magnitud del material acumulado por Green. Pero el material no se limitaba a lo subastado. Había además una cantidad material que por su naturaleza resultaba muy difícil de subastar y Scott lo colocó en baúles y lo vendió directamente a comerciantes amigos suyos.

Cuando en octubre de 1946 fue celebrada la subasta final las ventas habían alcanzado la suma de $1,800,000 dólares según un artículo que apareciera en la revista Stamp titulado: “Final Sales of Green Auction”, pero Ernest A. Keher en su libro El apasionante mundo de la filatelia señala que las ventas totales alcanzaron $3 millones de dólares.


Con la subasta de la colección Green desapareció uno de los últimos miembros de una dinastía que pretendió acapararlo todo. Fue una lástima que una persona de sus recursos no tomara la filatelia más en serio.

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