miércoles, 11 de marzo de 2009

LA CRISIS Y EL COLECCIONISMO

Si abrimos los periódicos, encendemos la radio o el televisor o simplemente conversamos con cualquier persona, el tema obligado es la crisis económica que está afectando a todos los países y por extensión a todas las personas.

Las noticias no pueden ser más preocupantes: despidos masivos en todas las empresas, quiebras de bancos y negocios, niveles de desempleo sin precedentes en las últimas décadas en todos los países, desahucios de adquirientes de viviendas por falta de pago, el índice Dow Jones en su nivel más bajo en once años y paramos ahí para no hacer este artículo demasiado lacrimoso.

Ahora bien, ¿Cómo está afectando la crisis el coleccionismo de sellos? Señala el cronista Pedro Ayala en su columna Desde mi Punto de Vista que publica en la revista El Eco Filatélico y Numismático que “Los sellos ´buenos´ se siguen vendiendo a buen precio y los ´menos buenos´ siempre acaban encontrando comprador aunque sea a precios bajos.” En medio de todo, esto tiene visos de ser una buena noticia pues la situación no parece haber cambiado con relación a otros tiempos: siempre ha sido así.

Sin embargo, de otros lados nos llega un mensaje aún más optimista: David Feldman vendió recientemente una cubierta con uno de los “Post Office” de Mauricio a un filatelista de Singapur por $4 millones de dólares y otro coleccionista pagó $2,185,000 dólares por el “Triple Pack”, la legendaria tira de tres Ojos de Buey de Brasil. “¡Esa es otra liga!”, dirán algunos, pero no es así: una cubierta despachada desde Santo Domingo durante la ocupación norteamericana de 1916 que salió con precio de primera puja de $34 se fue por $104 dólares (tres veces); un Scott # 11 usado de Argentina con un valor de catálogo de $12 se vendió en $56 (cuatro veces y medio) y un 15B, también de Argentina, con valor de catálogo de $17.50 se vendió en ebay en $86 (cinco veces).

¿Quiénes están pagando esas sumas tan elevadas por ese material? Se nos ocurren dos posibilidades: la primera es que son un grupo que está “blindado”, término con el cual se está calificando en estos tiempos a aquellos a los cuales la crisis no les está afectando pues tienen una coraza protectora que les mantiene al resguardo de la crisis; y la segunda, es que son personas que han descubierto que invirtiendo su dinero en sellos, está mejor protegido contra los avatares de un futuro incierto que manteniéndolo en dólares, oro o cualquier otro bien tangible.

Cuando se toca el tema de la crisis, la referencia obligada es el “crash” de 1929. Durante esa crisis, que afectó prácticamente a todas las naciones, se demostró que aquellos que invirtieron su dinero en sellos, al final de la crisis quedaron mejor librados que los que optaron por casi cualquier otro tipo de inversión.

No somos asesores financieros y por tanto, no estamos en posición de aconsejar que invierta su dinero en sellos. La realidad, sin embargo, es que aun en estos momentos de crisis, los sellos buenos, como dice Ayala, se siguen vendiendo a muy buenos precios.