lunes, 26 de marzo de 2012

El Túnel Del Tiempo: Uso del Catálogo (Parte II)

Publicado en el periódico  El Caribe, 20 de septiembre  1980, Pág. 31
La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses
                                                           
La pasada semana les hablamos de los catálogos universales los cuales definimos como aquellos que registran todos los sellos del mundo. Esos catálogos, aunque son muy completos, al cubrir todo el mundo lo que ganan en amplitud lo pierden en profundidad y algunos coleccionistas especializados requieren una cantidad de información adicional a la que allí aparece y deben recurrir entonces a los catálogos especializados.

Catálogos generales especializados.
Son catálogos que cubren todos los países del mundo pero solo contienen un cierto tipo de sellos.
Dentro de ese tipo de catálogos, uno de los más famosos es el catalogo Sanabria que se publica en los Estados Unidos y cubre los sellos aéreos de todo el mundo. El catalogo, después de largos años de publicación interrumpida se suspendió, pero recientemente volvió a publicarse. (recordar que esto es una nota de 1980).

Otro catálogo general especializado es el Forbin, que cubre exclusivamente los sellos fiscales, que son los sellos usados para el pago de impuestos (por ej. los de Rentas Internas). Hay algunos coleccionistas que se dedican a este tipo de sellos, los cuales no aparecen en los catálogos generales corrientes. El catalogo Forbin se suspendió en 1915, pero aun constituye una pieza buscada por los especialistas. Recientemente se hizo una edición facsímil de ese catálogo.
En Inglaterra se editó a principios de siglo otro catálogo general especializado que fue el Morley, dedicado a los sellos de Telégrafos
                                                          
Catálogos especializados por países.
Los catálogos generales tienen grandes ventajas pero tienen también sus desventajas. Además del hecho ya citado de las limitaciones que le impone su alcance, está el hecho de su precio. El tomo del catálogo Scott que lista los sellos de R.D. ocupan apenas 26 de las 1,000 páginas que tiene dicho tomo. En consecuencia, el coleccionista de escasos recursos y que solo colecciona sellos de nuestro país prefiere comprar un catálogo dominicano, el cual, además de ser de menor precio, está en castellano y tiene una gran cantidad de información que no es posible encontrar en un catálogo universal.

Hay un tercer grupo de catálogos los cuales son cada día más populares, especialmente entre los coleccionistas temáticos. Nos referimos a los catálogos de temas. Suponiendo que usted coleccione sellos del tema “Puentes”. Es una tarea ardua en extremo revisar página por página un catálogo universal buscando los sellos sobre puentes. Toda esa labor se evita comprando un catálogo que lista todos los sellos sobre ese tema. En E.U. existe la American Topical Association la cual lleva publicado alrededor de 700 catálogos que cubren otros tantos temas. Es difícil imaginarse un tema que no esté ya incluido entre esos 700.

lunes, 19 de marzo de 2012

Una Sugerencia Original


Dicen el viejo refrán que si montaña no va donde Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña. Cada día vemos nuevas muestras de un movimiento que no sabemos donde se inició: si la gente no va a donde están los sellos, llevemos los sellos a donde está la gente.

Fue con esto en mente que el comité organizador de la exposición ESPAÑA 2006 que ese año fue celebrada en Málaga, decidieron que las colecciones serían expuestas en carpas climatizadas que se ubicarían en las zonas de Málaga por donde normalmente circula más gente. Es como si montáramos una exposición en la Duarte o en la Calle El Conde. La única forma que tendría la gente de no ver la exposición es ir de compras a otro sitio.

Otro caso similar ocurre el Puerto Rico. La Sociedad Filatélica de Puerto Rico celebra cada año en octubre una exposición filatélica y siguen una línea similar: Han logrado que la gerencia de Plaza Las Américas les permita hacer su exposición anual en uno de los pasillos de la plaza por donde circulan diariamente miles de personas. Y la Plaza se beneficia pues lo más probable es que mucha de la gente que va a ver la exposición, aproveche la visita y compre algo en algunos de los establecimientos de la Plaza.

Ha sido dentro de ese contexto que hemos visto la sugerencia, muy interesante por cierto, que hace en la revista Flash, órgano de la FIP, Hermann E. Sieger, un comerciante de Alemania. Propone Sieger que las sociedades monten muestras no competitivas en diferentes sitios donde hay grandes cantidades de público “cautivo”. Uno de esos sitios podrían ser las salas de salida de los aeropuertos. Allí, miles de personas se pasan incontables horas sin nada que hacer mientras esperan la salida de sus aviones. Un grupo de colecciones de sellos les ofrecería algo entretenido en que matar el tiempo. Sieger llega a proponer que la muestra sea de sellos relacionados con la aviación.

Sieger sin embargo, no para ahí. Sugiere que las sociedades hagan contacto con los propietarios de los locales vacíos en los centros comerciales para que les permitan colocar en ellos muestras de sellos mientras aparece un nuevo cliente. Las colecciones pueden atraer la atención de inquilinos potenciales. Sugiere al mismo tiempo hacer un llamado a inscribirse en la Sociedad indicando la dirección.

Otra sugerencia de Sieger es conseguir que algún banco o que un salón de exhibición de automóviles permita poner en sus vestíbulos una muestra de sellos para aprovechar las miles de personas que diariamente les visitan.

Estas sugerencias, como el famoso cascabel al gato, requieren del esfuerzo de alguien pues debemos reconocer que aún la muestra más sencilla requiere del trabajo de alguien, pero creemos que, independientemente de cualquier objeción que alguien pudiera poner, la idea es buena.

lunes, 5 de marzo de 2012

El Túnel Del Tiempo de la filatelia: Uso del Catálogo (parte 1)

Publicado en el periódico El Caribe, 13 de septiembre 1980, Pág. 31
La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses

Uso del catálogo (parte 1)

Alguien señaló que coleccionar sin un catálogo era como navegar sin brújulas; es evidente que el buque avanza pero ni el capitán sabe a ciencia cierta hacia dónde se dirige.

El catalogo surgió casi simultáneamente con el coleccionismo de sellos. Ya en 1861, cuando el coleccionismo estaba aún en pañales, F.G.O. Berger- Levault (un coleccionista de Estrasburgo) hizo el primer intento de compilar en un libro todos los sellos conocidos por él en lo que constituye, de hecho el primer catálogo de sellos, aunque no fuera más que una lista que repartió entre sus amigos.

A finales de ese mismo año Alfred Potiquet, un coleccionista francés, tomó la lista de Berger, le hizo algunas adiciones y conjuntamente con otros dos coleccionistas franceses, imprimió el catalogo y lo puso a la venta.

Para aquellos años aparecieron numerosos catálogos todos los cuales en general tuvieron vida efímera y la mayoría, además de pecar de incompletos, no pasaban de ser simples listas de los sellos conocidos por los autores.

De los catálogos universales( se denominan catálogos universales aquellos que registran todos los sellos emitidos en todos los países del mundo) que se duplican hoy en día, el más antiguo es el Stanley Gibbons que se empezó publicando en Inglaterra en 1865 como una simple lista de precios de 16 páginas. Al Stanley Gibbons le siguió el Scott que se empezó a publicar en New York en 1867.

Cada catalogo tiene lo que podríamos denominar su área de influencia. Posiblemente el catalogo más universalmente usado sea el Yvert publicado en Francia. Los precios de los sellos, como es natural, están expresados en francos.

En nuestro país y en otro con monedas con paridad con el dólar, el catálogo más comúnmente usado es el Scott. Esto se debe en gran medida a las fuertes relaciones filatélicas que mantienen muchos filatelistas con los E.U.

Otros catálogos ampliamente usados son el Stanley Gibbons que se usa en Inglaterra y en sus ex- colonias y el Michel editado en Alemania.

El catálogo pone a disposición del coleccionista una mina de información.

Además de presentar una lista de ordenada de todos los sellos emitidos por un país, nos permite saber una amplia variedad de datos incluyendo fecha de emisión del sellos: si es una serie, de cuantos valores consta, color de cada sello, perforaciones si es que las tiene, tipo de papel en que fue impreso, procedimiento de impresión utilizado y valor del sello tanto nuevo como usado.

Hay algunos catálogos que dan información adicional como es el Minku publicado en E.U., el cual señala cuantos sellos se emitieron de cada valor y da detalles sobre el motivo que aparece en la viñeta.

Cada sello que aparece en un catálogo lleva un número que permanece constante. Ese número equivale para todos los usuarios de ese catálogo a usar un lenguaje común. Así cuando un coleccionista habla del Scott No.322 de la República Dominicana, todos saben que este se está refiriendo al sello de $2.00 emitido en 1936 y la perteneciente a la serie Pro-Archivo. En consecuencia, esos números son usados para comprar, vender, canjear o aun para hacer preguntas sobre algún sello.

Se emite serie motivo del año del Agricultor.

El 15 de mayo pasado se emitió una serie alusiva al Año del Agricultor, los cuales fueron ordenados mediante Decreto No.1729 del 6 de mayo de 1980. La serie fue impresa en la Lit. Ferrùa en hojas de 50 sellos y consta de los siguientes valores:

  • 1¢ La figura de un agricultor cosechando cacao. 
  • 2¢ Agricultor recogiendo café 
  • 3¢ Agricultor con un racimo de plátanos 
  • 4¢ Picador de caña 
  • 5¢ Agricultor cosechando maíz 

Los sellos son de formato rectangular de 30 x 40mm. Están perforados 13 ½.