martes, 26 de junio de 2012

El Túnel Del Tiempo: Que álbum debe usarse (Parte I)


Publicado en el periódico  El Caribe, 8 de noviembre  1980, Pág. 31
La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses
                                                             
Qué álbum debe usarse. (Parte I)
En nuestro país, donde hay pocas tiendas de efectos filatélicos, el coleccionista no siempre encuentra un álbum adecuado a sus necesidades. De ahí que sea importante dar algunas orientaciones a fin de que después de ver lo que puede conseguir aquí sepa si comprar su álbum en el mercado local, encargarlo a alguna casa filatélica del exterior o se decide a hacerlo por sí mismo.
El tipo de álbum dependerá del tipo de colección. Así que haremos las recomendaciones sobre esa base.

Colecciones Generales
El coleccionista general tiene en el mercado numerosas opciones que empiezan con pequeños álbumes para principiantes con capacidad para unos 4500 sellos diferentes y un precio de unos $5.00 (recuerde que este artículo fue escrito en 1980) hasta el gigantesco álbum Internacional de Scott con capacidad para 200,000 sellos y un costo en Estados Unidos de $600. Entre ambos hay toda una gama de álbumes con capacidad de 15 mil, 25 mil, 50 mil, 80 mil sellos. Cada uno de esos álbumes tiene sus ventajas y desventajas. Los de menor capacidad tienen menor costo, pero el coleccionista con pocos sellos se encontrara  que en ellos no hay lugar para la mayoría de los sellos que posee.

En los de mayor capacidad (y precio) la situación será en general diferente. El coleccionista encontrará lugar para la mayoría de sus sellos, pero deberá enfrentarse a la frustración de tener ante sí miles de espacios vacíos sin que tenga forma de conseguir los sellos para ocuparlos.

Una opción para un coleccionista general seria montar los sellos en un clasificador aunque este sistema tiene el inconveniente de que la colección dispuesta de esa forma nunca presentara el aspecto ordenado que debe presentar toda colección ni se podrá mantener un buen control de la colección.

Colecciones Temáticas.
Si usted es un coleccionista temático deberá hacerle frente a la preparación de sus propios álbumes. En las tiendas filatélicas locales existen binders especiales y hojas de álbumes cuadriculadas con los cuales podrá montar según su gusto y disposición artística sus colecciones temáticas.

Paralelamente existen especialmente en E.U. hojas para colecciones temáticas hermosamente decoradas con motivos alegóricos al tema. A este efecto se ofrecen centenares de temas diferentes cubriendo casi cualquier motivo imaginable.

El coleccionista de escasos recursos, con un poco de paciencia podrá siempre montar su colección en forma atractiva usando hojas en blanco de papel de buena calidad (bond de 20lbs.por ejemplo) y una carpeta de tres hoyos.

Debe recordarse siempre que para montar una colección en forma agradable lo que se requiere es un poco de paciencia. Ninguna colección bien montada ha sido nunca el resultado de precipitaciones e improvisaciones.

Se emite Serie Alusiva a Conferencia de Turismo.
El pasado 26 de agosto se emitió una serie de dos sellos alusiva a la Conferencia Mundial de Turismo, Manila 1980.
Los sellos son de formato rectangular de 30x40mms.  y fueron impresos por offseflitografico en la Litografía Ferrua & Hnos.
Consta de 100,000 sellos de 10 centavos y 50,000 de 33 centavos. Ambos están destinados al franqueo de la correspondencia aérea. Están perforados 13 ½.
Fueron autorizados mediante Dec. No.1883 del 30 de julio de 1930.
La viñeta estuvo a cargo del dibujante Salvador Lara.

lunes, 18 de junio de 2012

Las Falsificaciones de Fournier


Las falsificaciones de sellos para defraudar a los coleccionistas nacieron casi simultáneamente con la afición. Cuando se habla de falsificaciones de sellos, hay dos nombres que brillan en el firmamento como Venus en su perihelio: Sperati y Fournier. La característica de los falsos de Sperati es la calidad; la de las de Fournier es la cantidad. Aunque las falsificaciones de Fournier no alcanzaron ni la calidad ni la fama de las de Sperati sus productos fueron tan abundantes que pocas colecciones de sellos baratos están libres de ellas.

Mientras las falsificaciones de Sperati son piezas de colección, llegando muchas de ellas a valer más que los originales, las de Fournier se suelen colar por la puerta de atrás pasando desapercibidas. Tómese por ejemplo las falsificaciones que hizo de los sellos del mapita de nuestro país (Scott # 111/119). Aunque no podríamos decir que pueda engañar a un coleccionista medianamente familiarizado con las características de los sellos legítimos, no son en modo alguno, trabajos burdos.

Una de las características de Fournier que nos llaman la atención es su desfachatez. En uno de los números de la revista Le Fac-Simile que publicaba, muestra un dibujo de un mendigo con el siguiente comentario:

“¿Por qué este hombre ha quedado tan pobre como para pedir limosna? Porque gastó todo su dinero en los llamados ‘sellos genuinos’ de los cuales él había oído que eran la mejor y más rentable inversión. Pero cuando él quiso vender su colección, se encontró que contenía muchas cancelaciones de favor, sellos falsos, etc.”
“Si él hubiera gastado solo un poco de dinero en algunos facsímiles, entonces hubiera tenido una colección más hermosa y barata, con más rarezas. En vez de ser un pordiosero, él tendría su dinero en el banco y hubiera podido tomar su café diariamente en el café Bauer en Under den Linden, y al mismo tiempo admirar diariamente su colección de facsímiles comprados donde F. Fournier, Ginebra.”
  
En otro de sus avisos decía: “Solo los tontos pagan más del 10% del valor de catálogo por cualquier sello. Facsímiles auténticos, frecuentemente en mejor estado que los originales que ofrece el comercio, pueden conseguirse por unos cuantos francos. Si usted insiste en el artículo genuino, nosotros reconstruimos a bajo costo cualquier copia dañada en forma tal que desafía absolutamente su detección. El comerciante promedio de todos modos le venderá desvergonzadamente dicha copia restaurada. Compre directamente de nosotros y ahórrese su dinero duramente ganado. Ciertamente nadie va a notar la diferencia”.

Después de leer este último aviso, uno se pregunta cual sería en realidad el nivel de las restauraciones que hacía Fournier y hasta que punto era cierta su aseveración de las mismas “desafiaban absolutamente su detección”. Aunque tenemos las falsificaciones que hizo Fournier de los sellos de nuestro país, no conocemos ningún sello reparado que se sepa que el trabajo fue hecho por Fournier. Por tanto no sabemos hasta que punto sea rigurosamente cierto aquello de que sus reconstrucciones “desafiaban absolutamente su detección”.

Francois Fournier nació en Croix de Rozon, un distrito de Suiza, el 24 de abril de 1846. Se hizo ciudadano francés y sirvió como soldado en la guerra franco-prusiana, pero a principios del siglo XX retornó a su país natal y fue allí donde montó su taller de falsificaciones y desde donde hacía sus negocios.

En Suiza no era ilegal falsificar sellos si usted los declaraba como tales. Fournier los denominaba “facsímiles” y los registró con su marca de fábrica. La oficina de patentes de Berna le otorgó la patente 16,062.

Fournier murió el 12 de julio de 1917. Su stock quedó en manos de Charles quien murió en 1927. La Unión Filatélica de Ginebra le compró todo el stock consistente en más de 800 libras de sellos falsos a la viuda de  Hirschburger y con ellos preparó 480 álbumes que vendía a los coleccionistas a $25 como material de referencia. Los sellos en esos álbumes llevan al frente la palabra “FAUX” (falso) y en la parte posterior “FAC-SIMILE”. Los sobrantes fueron incinerados. Le compró también el equipo usado por Fournier para falsificar los sellos el cual donó al Museo de Historia de Ginebra.

Los pocos álbumes con los falsos de Fournier que se conservan completos se venden hoy día en cientos de dólares.