jueves, 30 de abril de 2015

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: La Unión Postal Universal (Parte lll)

La Filatelia al Día
10 De Abril de 1982. No. 111
Por Danilo A. Mueses


Bien, ya ustedes conocen algo del origen y desarrollo de la Unión Postal Universal. Hoy, prosiguiendo con el tema vamos a darles una visión de cómo labora esa institución.

La UPU tiene, desde su fundación, su sede en Berna, Suiza.
Hay allí un monumento formado por un globo terráqueo con varias figuras femeninas tomadas de la mano alrededor de éste. El 20 de mayo de 1970 se inauguró el nuevo edificio de la UPU el cual posee: salón de exhibiciones, biblioteca, museo filatélico, restaurante y oficinas. El nuevo edificio se muestra en un sello emitido por nuestro país en 1970.

La UPU ha establecido ocho tipos  de correo ordinarios que son: cartas, tarjetas, propaganda comercial, impresos, material de lectura para ciegos, muestras comerciales, pequeños paquetes y artículos fono postales tales como discos.

Para cada una de estas piezas se han establecido tarifas, límites de dimensiones y de pesos. Cuando un país se adhiere a la Convención ratificándola, se obliga a observar sus provisiones. Así por ejemplo cada país debe garantizar la libertad de tránsito a través de todo su territorio de cualquier pieza enviada por otro: sin embargo, hay regulaciones prohíbe  el  envío de ciertos tipos de mercancías tales como narcóticos, explosivos, artículos o literatura  inmoral y la mayoría de los animales vivos.

En 1875, el primer año en que operó la UPU se movieron alrededor de 144, 000,000 de piezas internacionales las cuales ya para 1930 habían aumentado 3,250 millones.

A través de los años la UPU ha ido evolucionando para ponerse a tono con los tiempos. Así por ejemplo en el 12 Congreso celebrado, tal como señalamos en parís, se redujo en un 50% la tarifa para los impresos y se aumentó el peso máximo del material impreso que puede ser enviado por correo.

Una  de las regulaciones más interesante de la UPU era la que establecía el color de los sellos. Así por ejemplo, los sellos que pagaban el franqueo de una carta hacia el extranjero debían ser azules y los de las tarjetas rojos o carmines. Así vemos que entre 1880, y 1931 prácticamente todos nuestros sellos de 2 centavos (que era el franqueo de una tarjeta) eran rojos, mientras que los sellos de 5 centavos (que era el franqueo de una carta hacia el extranjero) eran azules.

A partir de 1931 el costo de una carta hacia el interior era 3 centavos y las regulaciones de la UPU exigían  que esos sellos fueran morados. Vemos que entre 1931 y 1942 todos nuestros sellos de ese valor eran morados.

A partir del 13 Congreso celebrado en Bruselas se abolieron las regulaciones referentes a los colores en los sellos dejando a cada quien en plena libertad de hacer sus sellos del color que más le plazca.
Otra regulación de la UPU obliga a sus estados miembros a enviar a la sede, de cada emisión que lanza, uno 400 sellos.

Hasta 1952 la costumbre era sobreimprimir sobre estos sellos la palabra MUESTRA (o su equivalente en otros idiomas) y están destinados a ser distribuidos entre los países miembros a fin de que éstos conozcan los sellos emitidos por cada país.


En la actualidad ya no se acostumbra a sobreimprimir la palabra MUESTRA sobre los sellos destinados a la UPU.

jueves, 16 de abril de 2015

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: La Unión Postal Universal (Parte l)

La Filatelia al Día
27 De marzo de 1982.No 109
Por Danilo A. Mueses

Vivimos en un mundo en conflicto donde las naciones grandes y pequeñas, cada día parecen menos dispuestas a emprender, conjuntamente, acciones de cooperación internacional. Sin embargo, en este mundo de intereses encontrados hay una institución que ha venido laborando armónica y prácticamente sin tropiezos desde su fundación. Hace más de un siglo. En 1874. Nos referimos a la Unión Postal Universal, más conocida por algunos por sus siglas en UPU.

Antes de la creación de la UPU, enviar una carta a un país extranjero era una proeza pues las autoridades postales del país de origen de la carta no estaban facultados para llevarlas hasta su destino y el correo en el país del destinario no se sentía obligado a entregar una carta cuando el franqueo le había sido pagado ya a otro país.

En muchos casos, la situación se resolvía mediante el procedimiento de que el remitente pagaba su franqueo con lo cual se aseguraba de que las autoridades postales de su país la enviaran hacia el exterior pero al llegar a su destino, el destinario debía pagar para recibir la carta. En esos casos encontraban que las cubiertas tienen, además de los sellos del país de origen, sellos multa del país de destino.

En otros casos, había oficinas postales de algunas de las grandes potencias que servían  en los países más pequeños.

Tal era por ejemplo el caso de Inglaterra que mantuvo entre 1857 y 1880, 79 oficinas postales diseminadas por casi todo el mundo. Como Inglaterra para esa época era la “Reina de los Mares”, sus barcos se encargaron de entregar la correspondencia casi en cualquier punto del globo aunque sus posibilidades estaban casi limitadas a los puertos. No había posibilidad de que una carta le llegara a alguien en el interior de digamos Suiza. El problema de los sellos por otro lado persistía pues las autoridades dominicanas insistían en que toda carta que saliera de aquí llevara los sellos dominicanos y la oficina postal inglesa que estaba a bordo de un buque exigía  los sellos ingleses. Las cartas con sellos de dos países se denominaban con franqueo mixto y son piezas que alcanzan una alta cotización en el mercado filatélico internacional. Se conocen piezas que llevan un franqueo triple.


Muchos países, para obviar estos problemas comenzaron a celebrar convenios bilaterales mediante los cuales, sus autoridades postales se comprometían a dar curso a la correspondencia del otro país signatario. Eso pudo resolver un problema pero los inconvenientes seguían ya que para los años del 1860 la mayoría de los países más importantes disponían de sellos postales y el movimiento de la correspondencia se había multiplicado; en consecuencia había amplias zonas del mundo hacia donde era prácticamente imposible enviar una carta. Se requería de alguna organización supranacional que regulara todo lo relacionado con el movimiento internacional de la correspondencia.

sábado, 11 de abril de 2015

El Túnel del Tiempo de la filatelia: La Unión Postal Universal (Parte ll)

La Filatelia al Día
3 De  abril de 1982.No 110
Por Danilo A.Mueses

Para 1862 las cosas habían llegado a un punto tal que Montgomery Blair, Director General de Correos de lo E.U bajo el gobierno de Abraham Lincoln propuso la concertación de un tratado que regulase el movimiento de la correspondencia internacional.

Blair era un brillante abogado de Kentucky, a quien el servicio postal norteamericano debe importantes medidas como fueron la introducción del sistema de “money orders”  para el envío de dinero y el establecimiento de la entrega gratis de la correspondencia en las grandes ciudades. Antes de Blair los destinatarios debían pasar por la oficina de correos a retirar sus cartas o pagar de entrega a domicilio.

En 1862 Blair persuadió a William Seward, Secretario de Estado de los E.U. para que escribiese a las administraciones postales de todo el mundo urgiéndolas a reunirse para discutir qué método podría usarse para mejorar el manejo del correo internacional.

En mayo de 1863, como consecuencia de la iniciativa de Blair se celebró en el Hotel des Postes París una conferencia a la cual asistieron 15 países. Aunque Blair propuso que los delegados deberían ser funcionarios postales y no diplomáticos. Sólo su país siguió su sugerencia.
A pesar de que no llegó a formalizar ningún acuerdo, se presentaron y discutieron los conceptos para una unión postal internacional que sentaron las bases de la UPU formada en Berna 11 años más tarde.

Había sin embargo un estado de guerra a ambos lados del Atlántico; en E.U se estaba librando la guerra de la Secesión y en Europa la Guerra Franco Prusiana que limpió que se pudiera llegar a un acuerdo.

En base a las ideas de Blair en 1874 el doctor Heinrich von Stephen convocó a los gobiernos de los principales países del mundo a celebrar una conferencia para los que sería el Primer Congreso Postal. Los principales problemas que se pretendían resolver era terminar con los altos costos de la correspondencia  internacional, la confusión existente en las tarifas postales y la incertidumbre en la entrega del correo dirigidos a otros países.

Se puede afirmar que la conferencia fue todo un éxito y los países firmaron el acuerdo el 9 de octubre de 1874 el cual debió ser luego ratificado por los gobiernos de cada uno de los países y entro en vigencia plenamente el 11 de julio de 1875.

El organismo se llamó originalmente Unión Postal General el cual fue cambiado tres años más tarde por el actual de Unión Postal Universal.

Las ventajas de la UPU fueron tan manifiestas que poco a poco prácticamente todos los países se le habían unido y en la actualidad hay más de 160 países miembros.

El principio de la UPU es que los países miembros se comprometen a aceptar la correspondencia de los demás países. Cada país lleva un registro de la correspondencia recibida y despachada y al final del año, mediante un sistema de contabilidad establecido se liquidan las diferencias que como es de suponerse en general no es muy apreciable ya que cada carta enviada trae generalmente una respuesta y tienden a igualarse las cuentas.

Los países miembros de la UPU celebran congresos cada 5 años con el fin de mantenerse a tono con los tiempos. Hasta la fecha se han celebrado 18 congresos (el último de ellos en Brasil en septiembre de 1979).


En el 12 Congreso de la UPU celebrado en París en mayo de 1947, la Unión Postal Universal se constituyó en una agencia dependiente de las Naciones Unidas. Esa medida reforzó una institución ya de por sí sólida y es de hecho el más estable de todos los organismos de las Naciones Unidas.

El Tunel del Tiempo de la Filatelia: Forgereries, Counterfeits y Fakes (Parte lll)

La Filatelia al Día
20 De marzo de 1982.No 108
Por Danilo A. Mueses

La pasada semana  les hablamos de algunos tipos de “fakes”. La labor del falsificador no para ahí, pues hay aún gran cantidad de material legítimo que se adultera.

Una de las áreas de la filatelia en mayor auge en el coleccionismo de sellos es la que se denomina “Historia Postal”. El término es muy amplio pero comprende fundamentalmente el coleccionismo de sellos sobre cubiertas y la cotización de tales piezas pueden aún más que centuplicar el precio del sello suelto.

Vamos a darles un ejemplo de cómo puede subir el precio de un sello sobre cubierta. En 1885 nuestro país emitió una serie 8 valores (c. a  $2). El sello de 5 centavos de esta serie cotiza actualmente 50 centavos pero hace ya unos 5 años (en ese entonces el sello cotizaba únicamente 25 centavos) recibimos una oferta de una cubierta con ese sello por $75.00 o sean 300 veces su valor como sello. El ejemplo dista mucho ser extremo y si hurgáramos un poco más en nuestros archivos podríamos citarles casos aún más notorios.

Pues bien, la alta cotización que tienen en el  mercado este tipo de piezas ha hecho que gran parte de los falsificadores actuales estén orientados hacia la falsificación de cubiertas lo cual se hace falsificando los matasellos y exponiendo sobres modernos a la acción de ciertos vapores que le dan la apariencia de un sobre antiguo y en vista de los beneficios potenciales esto podría ser una actividad altamente atractiva. A veces el sello ni siquiera tiene que estar sobre cubierta pues muchas veces basta que el sello tenga un matasello interesante o raro. Vamos a citarles dos casos.

Durante el período de la Anexión en nuestro país se usaron los sellos que España usaba en Cuba y Puerto Rico. Estos sellos valen normalmente apenas unos centavos; sin embargo los sellos usados en Santo Domingo, que se reconocen únicamente como tales cuando llevan el matasello de algunas de nuestras ciudades, cotizan varios cientos de pesos.

Otro caso. Entre los años 1860 y 1870, en las oficinas de correos de muchos pequeños pueblos  de los E.U., algunas veces no había matasellos. Para suplir esa falta los empleados de correos solían ocupar sus largas horas de ocio entre cartas y cartas, preparando matasellos con los corchos de las botellas de whiskey de maíz que solían acompañarles. Los diseños tienen todas las formas imaginables y uno de los más buscados tienen la forma de un pollo corrido. Hace unos meses vimos subastar  un sello común y corriente con un matasello en forma de un pollo corriendo por $90.000. De ahí que los sellos con ese tipo de matasello hayan sido ampliamente falsificados y no deban comprase, sin una expertización.


Curiosos matasellos confeccionados por los jefes de correos de los pequeños pueblos de Estados Unidos entre los años 1860 y 1870. Véase en el centro el famoso “pollo corriendo”.