domingo, 29 de enero de 2017

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Sellos de valores declarados (Parte 1)

El Caribe 21 de Mayo de 1983
La Filatelia Al Dia
Por Danilo Mueses
Pag. 23


Sellos de valores declarados (Parte 1)

En la mayoría de los países, cuando una persona quiere enviar una suma de dinero a otra localizada en alguna otra ciudad, recurre a un cheque que generalmente compra en la oficina de correos y envía dentro de una carta ordinaria. El envío, en países como Estados Unidos, adopta la forma de “Money order” que tanto utilizan nuestros dominicanos ausentes residiendo en ese país. Ese es un cheque redimible en cualquier banco.

En otros países utilizan el llamado “giro postal” el cual se compra también en el correo. Esos cheques, a diferencia de los anteriores, se hacen efectivos en el mismo correo y son ampliamente usados en casi toda Latinoamérica.

En nuestro país existió un sistema de giros postales que vamos a tener que investigar en que año se instituyó y en cual se suspendió.

Pues bien, el asunto fue que, al suspenderse el sistema de giros postales, no se instituyó en su lugar un sistema alterno. En vista de eso, Genaro Martínez, en un artículo que publicara en su Revista Postal de agosto-octubre de 1933, sugirió la creación de un servicio de Valores Declarados. Veamos las ideas de Genaro Martínez:

Servicio Interno Digno de Estudio.

“A falta de servicio de Giros Postales para el interior, suspendido desde hace tiempo, y las grandes dificultades existentes para las remesas de dinero de un pueblo a otro dentro de la República, cosa no fácil sino de hace por medio de giros bancarios, siempre dificultosos para el cobro donde no existen sucursales de Banco, como por la alta prima que estos cobran cuando de pequeñas remesas se trata, a la vez que la prohibición del envío de dinero por medio del correo, nos sugiere la idea de someter a la consideración de las autoridades  postales el estudio de la creación de un servicio menos costoso para el Erario, quizás más beneficioso que el suspendido de Giros Postales, como es del Valores Postales Declarados que solo costaría el Gobierno, la emisión de sobre impresos con encasillados relativos al uso que se les aplica, y el sello por valor mínimo del franqueo certificado, (trece centavos); en los encasillados impresos con blancos para llenar por el empleado postal que los expende, se haría constar, además de los nombres del que los expide y a quien se dirige, un valor enviado por el cual el Gobierno percibe un tanto por ciento, con la declaración de la clase de moneda que en el mismo se expide, y reglamentando la expedición y recepción de las piezas, con recibos adecuados para las mismas”

Exponemos la idea, que podemos reforzar con más datos sobre la misma si se desea, estando nosotros bien seguros que merecería la aprobación general del público y el comercio, por ser de importancia e imperiosa necesidad, o la reinstalación de los Giros Postales, o el servicio de Valores Postales Declarados que apuntamos”

La idea de Genaro Martínez fue aceptada, y prácticamente sin ninguna variante, se estableció el servicio mediante la Ley No. 776 del 13 de noviembre de 1934.


El Servicio se inició el 1ro de febrero del 1935


sábado, 21 de enero de 2017

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Museos Postales

La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 14 de Mayo de 1983, Pág. 23
#165



En varias ocasiones a través de la página de “El Filotélico” hemos abogado por la creación de un museo postal, o más bien un museo filatélico, O talvez la solución sea un museo postal-filatélico.

Creemos que la idea es buena, quizás por el hecho de que la idea es nuestra (todos creemos que nuestras ideas son buenas) o, ¿es realmente una buena idea? Muchos han señalado que la historia de la humanidad ha estado estrechamente ligada a la historia de las comunicaciones. De ahí que cualquier museo que refleje la historia postal-filatélica de un país despierte un gran interés.

En la mayoría de los países la parte postal y filatélica están estrechamente ligadas y en pocos museos aparece una parte separada de la otra. La razón es clara puesto que, en la mayoría de los países, antes de emitirse el primer sello ya existía un servicio postal. De ahí que, la parte filatélica no es más que el reflejo de la evolución de un servicio.

La parte postal de los museos tiene pos misión reunir todo aquello que tenga relación con la historia del correo y de las comunicaciones Esto puede incluir desde las antiquísimas tabletas de arcilla escrita por los babilonios en escritura cuneiforme 2000 años antes de Cristo, pasando por las cartas escritas en papiros o en pieles de animales hasta vehículos postales antiguos, uniformes de carero, buzones, aparatos telegráficos y telefónicos, valijas de carteros, etc.

Es evidente que la parte postal guarda un enorme interés, pero la parte que más llama la atención del público en general y de los coleccionistas en particular en la parte filatélica.

Aunque debemos reconocer que el sello no puede decirse en modo alguno que se muy museografiable debido a su fragilidad y por su misma naturaleza, su potencial didáctico es tal, que cada vez más países van montando sus colecciones nacionales ya sea compa parte de museos nacionales o en museos dedicados exclusivamente a la exhibición postal y filatélica.

En Europa prácticamente no existe ningún país donde no exista alguno y en varios países, entre los cuales podríamos citar, Alemania, Polonia e Inglaterra hay más de uno.

Hacer un recuento de los museos postales existentes en el mundo está aquí fuera de lugar, pero como dato interesante cabe señalar que el más grande de todos los museos postales del mundo es el formado por el museo británico. Ese museo fue iniciado en 1864 y desde entonces ha estado creciendo constantemente por las generosas donaciones que recibe que incluyeron entre otras la fabulosa colección que donara en su testamento el eminente coleccionistas Thomas K. Tapling. Hoy en día se estima que el valor de esa colección es superior a los $100 millones de dólares.

De este lado del Atlántico, hay notables museos especialmente en los Estado Unidos y Canadá. Hemos tenido la ocasión de admirar el Museo Nacional Postal Ottawa y sobre todo la parte postal-filatélica del museo Smithsoniano en Washington. Les aseguramos que ambos constituyen hitos obligaos para aquellos que coleccionan sellos.


En el ámbito latinoamericanos hay dos museos que comienzan a adquirir renombre por su función cultural, El primero de ellos es el museo postal cubano el cual, además de atesorar las colecciones recibidas por el país a través de donaciones como miembros de la UPU, contiene valiosísimas colecciones cubanas. El segundo es el museo filatélico de Medellín Colombia. Los que han tenido la oportunidad de visita ambos museos, han regresado verdaderamente entusiasmado de cuanto se ha hecho allí y de la proyección histórica y cultural que proporcionan esas instituciones

sábado, 14 de enero de 2017

El túnel del tiempo de la filatelia: Perfil del Coronel Green (Parte II)

No. 164
Por Danilo Mueses
El Caribe, 7 de mayo de 1963
Pag. 23

Las anécdotas que se cuentan sobre el coronel Green serían suficientes para escribir un libro. Se cuenta que en cierta oportunidad descubrió que uno de los sellos que había comprado estaba reparado. Furioso se dirigió a una empresa de óptica donde ordenó una lente que ampliara un sello de correo hasta el tamaño de un metro cuadrado.

Cuando la lente estuvo terminada a un costo de US$22,000.00 dólares, el aparato resultó tan grande que hubo que sacar el marco de la puerta para poderlo entrar a su casa. Hizo construir una pantalla de porcelana blanca que ocupaba toda una pared donde proyectaba ampliaciones de los sellos. Todo esto no era más que excentricidades del coronel quien en realidad prestaba poca atención a lo que compraba.

Una de las compras que le dio más renombre fue la adquisición el 18 de junio de la hoja completa de 100 sellos de 24c. Aéreo centro invertido de los Estados Unidos. La hoja había sido comprada por William T. Robeyel el 14 de mayo de ese año, primer día de emisión de esos sellos.

Aunque el coronel había planeado quedarse con la hoja completa, al no caberle en sus álbumes, accedió a las peticiones de algunos amigos y vendió la mayoría de los sellos quedándose apenas con unos bloques y sellos sueltos, Los sellos los vendió, los primeros a $175 y $250 y los últimos entre $500 y $600 por sellos.

Y a propósito de sellos con el centro invertido, ésta era otra de las chifladuras del coronel Green y se dice que en su colección había en total 360 sellos con el centro invertido.

En los últimos años de su vida, Green, aquejado por problemas de salud que incluían diabetes, anemia perniciosa y alta presión sanguínea, se alejó de los sellos y se dedicó a acaparar monedas de oro, piedras preciosas y cuanta otra cosa llamara, aunque fuera fugazmente, su atención.

El coronel Green murió el 8 de junio de 1936 en Lake Placid. Su colección de sellos fue evaluada por las cortes y para fines impositivos en $1,298,444. Esa era una valoración más bien académica pues era realmente imposible averiguar cuanto realmente valía esa vasta acumulación de sellos.

Walter S. Scott fue nombrado asesor filatélico y encargado de subastar el material. Scott seleccionó en principio siete casas de subastas (entre ellas Harmer e Irwin Heiman) y más tarde se añadieron dos más.

A fin de evitar inundar el mercado en vista de que estaba en época de estrecheces debido a la II Guerra mundial, las ventas fueron dispuestas en 28 grandes subastas celebradas entre septiembre de 1942 y octubre de 1946. El número total de lotes sobrepasó los 50,000 lo cual da una idea de la magnitud del material acumulado por Green. Pero el material no se limitaba a lo subastado. Había además una cantidad material que por su naturaleza resultaba muy difícil de subastar y Scott lo colocó en baúles y lo vendió directamente a comerciantes amigos suyos.

Cuando en octubre de 1946 fue celebrada la subasta final las ventas habían alcanzado la suma de $1,800,000 dólares según un artículo que apareciera en la revista Stamp titulado: “Final Sales of Green Auction”, pero Ernest A. Keher en su libro El apasionante mundo de la filatelia señala que las ventas totales alcanzaron $3 millones de dólares.


Con la subasta de la colección Green desapareció uno de los últimos miembros de una dinastía que pretendió acapararlo todo. Fue una lástima que una persona de sus recursos no tomara la filatelia más en serio.