La Filatelia al Día
31 De Octubre de 1981.No:89
Por Danilo A.Mueses
La filatelia se ha visto inválida últimamente
por un afán de goma tal, que nos hemos convertido en “filogomatélicos”. Así por ejemplo, vemos que en los avisos de
compra de sellos nuevos se exige que, además de tener la goma original, estén
NH o sea “never hinged “lo cual significa que nunca se le haya colocado bisagra
o charnela. El afán ha llegado hasta un grado tal que a un amigo nuestro le
devolvieron un grupo de sellos que había enviado en canje porque al
manipularlos había impresas en la goma sus huellas digitales.
El problema de la goma se hace más grave aún
en los países tropicales como el nuestro, donde la humedad se mantiene en
general por encima de un 80%. Con las tirillas plásticas se ha revuelto gran
parte del problema, especialmente al evitar que los sellos se peguen pero queda
todavía en pie, el problema del resquebrajamiento de la goma y el de los
hongos.
Señalábamos el asunto de la tira plástica como
una solución al problema pero la verdad es que no todos los coleccionistas
pueden incurrir en el gasto que representaba el filatelista norteamericano Apfelbaum que no creía justificado montar
sellos que a veces no valían cinco centavos en una tira plástica que costaba
dos centavos.
Frente a estos hechos se han propuesto varias
fórmulas. Sin hacer nuestra ninguna de
ellas, vamos a señalar algunas.
La revista “El Filatelista Guayaquileño" sugiere
que los gobiernos emitan un porcentaje de sellos en cada emisión sin goma, los
cuales estarían a disposición de los
coleccionistas que así lo deseen. Esta sugerencia fue acogida hace algunos años
por el gobierno de Brasil (que fue el primer país en emitir sellos con goma) al
comenzar a emitir sus sellos sin goma.
Este criterio es en cierto modo compartido por
la revista “Brasil Filatélico” la cual opina que el sello sin usar pero sin su
goma tiene el mismo valor que uno con su goma ya que lo que se colecciona es el
sello y no la goma, y que además, la goma se le pone al sello como algo
accesorio que va a llenar una función eminentemente práctica (adherir el sello
a la correspondencia) en contraposición del coleccionismo que es algo
eminentemente subjetivo. Por ello sugiere lavar los sellos.
El filatelista y autor argentino Ricardo Jorge
Leiva propone en cambio lo que él llama “fórmula de transacción “.
Según Leiva, a los sellos con su goma original
y sin usar podría asignársele por este hecho un pequeño sobre valor, un “Premium”,
algo similar al sobreprecio que se asigna actualmente a los ejemplares bien
centrados y en óptimas condiciones, en relación con los sellos normales.