miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL Túnel del Tiempo de la Filatelia: LAS FILIGRANAS (Parte I)

La Filatelia al Día
12 De Diciembre de 1981.No: 95
Por Danilo A. Mueses

Muchos coleccionistas jóvenes oyen hablar de filigranas y no siempre saben de qué está hablando. Como nos hemos impuesto la tarea de difundir todas las facetas de la filatelia, hoy vamos a hablarles de este aspecto tan importante y que muchas veces puede ser vital para la correcta identificación de un sello.

En español las filigranas reciben a veces otros nombres como son letras de agua (que no es muy correcto) y marca de agua que viene a ser una traducción literal de su nombre en inglés que es “watermark”.

La colocación de filigranas en el papel data del siglo XIX y la más antigua que se conoce es de 1301. En un principio la finalidad de la filigrana era dejar sobre el papel la marca del fabricante. Esos eran dibujos  burdos pero luego con el avance de la técnica, se comenzaron  a usar alambres más finos con lo cual se lograron diseños mucho más delicados. Para aquellos que no conocen bien lo que es una filigrana les recomendamos una hoja de papel “bond” de buena calidad y ponerla a trasluz. Ahí verán dibujadas algunas letras, otras veces una corona y en algunos papeles usados por nuestros Gobierno, las palabras  “Gobierno Dominicano”.

Como señalamos más arriba, la finalidad inicial de las filigranas era una forma del fabricante dejar sobre el papel su marca de fábrica, pero luego se usó también como medida de seguridad en papeles en los cuales las autoridades imprimen documentos que se quiere evitar que se falsifiquen o evitar sean utilizados por personas no autorizadas como es el de los papeles con la inscripción “Gobierno Dominicano “que se utiliza para prevenir su sustracción.

La filigrana se hace durante el proceso de confección del papel. Uno de los procesos, el más antiguo y hoy prácticamente en desuso, consiste en utilizar para la confección del papel una malla sobre la cual mediante un alambre muy fino se ha formado el dibujo o las letras que constituyen el motivo. Al depositar la pulpa en suspensión sobre la malla, en la zona donde está el dibujo el espesor del papel es menor lo cual hace que esa zona se transparente al merarse a trasluz.

El proceso moderno consiste en estampar a presión sobre el papel recién hecho la filigrana. Los resultados al final son los mismos.

En el siglo pasado, la mayoría de las naciones imprimían sus sellos en el papel con filigrana como una seguridad contra las falsificaciones. Hoy en día, la falsificación de sellos es cosa del pasado, (aunque ha habido algunos pocos casos) y la importancia de las filigranas como medida de seguridad se ha reducido. Que sepamos, hoy en día ningún país sigue imprimiendo sus sellos en papel como filigrana.


El hecho de que no se esté utilizando en la actualidad el papel con filigrana para la confección de sellos, no significa en modo alguno que su importancia filatélica haya disminuido. Podríamos decir que su importancia hoy en día es mayor puesto que las piezas con filigrana que en el pasado valían centavos, hoy valen pesos o aún cientos de dólares. Sin embargo de eso les hablaremos la próxima semana.

martes, 16 de septiembre de 2014

El Túnel del tiempo de la filatelia: Reciclaje - Re-engomado

La Filatelia al Día
5 De Diciembre de 1981.No:94
Por Danilo A. Mueses

En una de las columnas de LA FILATELIA AL DIA les hablábamos del Matasello de la pincelada que fue una forma utilizada en España para cancelar los sellos mediantes una pincelada de tinta indeleble. Eso no fue más que una parte de la larga lucha que han sostenido las administraciones postales en todo el mundo, prácticamente desde que se inventó el sello, para evitar el re-uso o reciclaje de los sellos.

El asunto del reciclaje fue importante durante muchos años cuando la mayoría de las administraciones postales debían vivir luchando a brazos partido para evitar que los ciudadanos lavaran los matasellos para reusar los sellos. Luego el costo del franqueo se quedó muy detrás del costo de la vida y la gente se olvidó del asunto pues no valía la pena. En la actualidad, la rueda podría haber dado un giro de 180 grados y con el alto costo que está teniendo el franqueo en muchos países, haber vuelto la preocupación por el reciclaje.

Y a propósito de reciclaje queremos traerles a colación un caso ocurrido en los Estados Unidos en 1962. En ese año fue arrestado en Carolina del Sur, un fulano de nombre William Hale, el cual estaba utilizando un proceso que le permitía remover las cancelaciones de los sellos, los cuales enviaba a un laboratorio donde eran re engomados y vendidos luego a través de varias empresas.

Herman Her, un notable filatelista norteamericano relata que a fines de la década del 30, le tocó testificar en un juicio contra un sujeto apellido Langer, quien había establecido en Nueva York una pequeña industria de lavado de matasellos y re-engomado.

El lugar ocupado por la oficina de venta de los sellos re-engomados estaba situado en el centro del distrito financiero de New York. En aquella época, el uso de las máquinas flanqueadoras no era muy común; por lo tanto las empresas enviaban a un mensajero a comprar sellos.

Langer  estableció contacto con los mensajeros ofreciéndole los sellos con un descuento, quedando la diferencia a favor de éstos. La voz se corrió y pronto toda la zona estaba comprando los sellos, los cuales eran preferidos por los empleados encargados de pegar los sellos, pues se evitaban el trabajo de separarlos.

Pues bien, el proceso usado por Langer según las declaraciones de un experto del Gobierno que testimonió en el juicio, consistía en una película colonial que se interponía entre el matasello y el sello y permitía al acusado remover el matasello. El experto sin embargo declaró que a ellos les había sido imposible duplicar el proceso. No se sabe si ese era el mismo proceso que usaba Hale.

Las regulaciones postales norteamericanas son muy rígidas, hasta el punto de considerar ilegal re-usar un sello, aún aquellos que por omisión del empleado postal, o de la máquina obliteradora, no haya sido cancelados. No sabemos sin embargo  que alguien haya sido condenado alguna vez por esta causa y parece que con los altos costos del franqueo, la práctica es más común de los que pudiera creerse.

Nos contaba Don Alejandro Diez, que le vendía grandes cantidades de sellos norteamericanos que conseguía sin cancelar, a una casa en los  E.U. que aunque no los re-engomaba, los usaba en su correspondencia. La casa le pagaba alrededor de un 60% del valor fácil.


En el periódico Linn´s  Stamp News se publican regularmente anuncios de casa ofreciendo comprar “ungummed Postages, 70% of face value”. Estos sellos, aunque no sean re-engomados, son recibidos  nuevamente.

martes, 9 de septiembre de 2014

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: SOBRENOMBRES DE LOS SELLOS (parte II)

La Filatelia al Día
28 De Noviembre de 1981: No. 93
Por Danilo A.Mueses

La pasada semana, al hablarles de los sobrenombres de los sellos le señalábamos que algunos de ellos tenían carácter local pero que había otros cuya fama traspasado las fronteras nacionales y eran conocidos internacionalmente  como es el caso del Penny Black, los Misioneros y los Mauricio Azul.

Otro asunto digno de mención en esto de los sobrenombres es que algunos de ellos se aplican a un sello específico, pero otros cubren una emisión completa ya sean todos los sellos iguales o diferentes.
Hoy vamos a seguir hablándoles de los sobrenombres, continuando primero con los reconocidos internacionalmente para luego proseguir con otros de uso mayormente local.

Los primeros sellos de la Guayana Inglesa fueron impresos localmente en 1851 y por su forma más bien parece un matasello pues tienen forma circular llevando en el borde el nombre del país y en el centro el valor. De los 4 valores, el 2 es el más escaso pues sólo se conocen 10 ejemplares y reciben el nombre de “Cottonreel” (carrete de algodón) en todos los círculos filatélicos.

Otros sello con un sobrenombre famoso es el sello de 2 emitido por los E.U. en 1861 mostrando a Andrew Jackson, el tercer presidente del país. El sello impreso en negro llama mucho la atención pues la cara ocupa totalmente la viñeta y ha recibido el nombre de “Black Jack”.

Cuando se imprimieron los primeros sellos de Brasil, el Director General de Correos no quiso mostrar la efigie del emperador Don Pedro y escogió  en cambio cifras indicando el valor encerrado en un óvalo que a muchos filatelistas les recordaba unos “ojos de buey”. El nombre pegó y prácticamente todos le llaman así.

Otros sobrenombres es que han traspasado las fronteras de lo nacional son las famosas “diligencias" de Uruguay, nombre que reciben los primeros sellos de ese país. Los sellos que llevan en su centro el “Sol de Mayo" y arriba la palabra “diligencia", estaban destinado a franquear cartas hacia el interior la cual se transportaba en ese tipo de carromato.

Dar una lista completa sería interminable y vamos a citarles algunos nombres de carácter local.
En Argentina tiene los “gauchitos”, “cabecitas” y “barquitos. Aunque los primeros no se llegaron a emitir y los otros son emisiones locales, los tres son muy buscados por todos los coleccionistas.
En Venezuela tienen un sello de 1 Bolívar, emitido en 1900 y de color gris oscuro que los coleccionistas de ese país llaman “Bolívar Negro”.

En Cuba se emitió en 1890 un sello con la efigie del infante Rey Alfonso XIII. La viñeta es igual a la del sello emitido en España un año antes. Los cubanos con su humor tan especial han apodado al sello “el pelón”.

En nuestro país no nos quedamos atrás y en cualquier reunión filatélica no es raro oír a cualquiera hablar de “la serie de mapita”, ya conseguí una "pro archivo", "te vendo una colonia", "a Don Enrique le llegó una viuda negra", lenguaje que al no iniciado en el lenguaje de los sobrenombres le parecerá pura jerigonza pero perfectamente entendible para cualquier coleccionista dominicano.

Esos sobrenombres, dan sabor a la filatelia y  nacieron casi con el coleccionismo de sellos. Ya por el año 1860 un cronista londinense hablando de las operaciones que se efectuaban en Change Alley (callejón de los Canjes) decía: "Aquí se escucha un idioma incomprensible, del cual ofrezco algunas frases: “¿Tienes una Sajonia Amarilla?”... “Quiero una Rusa"… “Le daré una Prusia roja por una Brunswick azul”… "¿Quieres cambiar una rusa por una inglesa negra?" "¿No daría una rusa por veinte inglesas?"

Lo notorio es que esto viene desde hace más de 120 años y cualquier filatelista avanzado de nuestro días que pudiera darse un paseo en la máquina del tiempo de Trucutú, y volver a esa época…. Sabría de qué estaban hablando.