jueves, 27 de junio de 2013

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: El Comercio filatélico (Parte ll)


La Filatelia al Día 
09 De  Mayo de  81 No.64
Por Danilo A.Mueses.

Otro que se inició en el comercio filatélico de los E .U. por el 1863, fue John W. Scott quien había llegado ese año procedente de Inglaterra con su carga de ilusiones y por todo capital un álbum de sellos que debió vender a Brown, casi de inmediato, por $10.

Aunque Scott intentó ganarse la vida en actividades ajenas a la filatelia, poco después debió volver donde Brown a quien convenció para que le facilitara $100 para establecerse en el  negocio de los sellos .

Scott se estableció definitivamente en el comercio de sellos en 1867 y continuó en el negocio hasta 1910. Su casa filatélica aún subsiste y edita el catálogo Scott que es el más ampliamente  usado en los E.U. Y en algunos otros países incluyendo el nuestro.

El servicio postal de los E.U. estima que en ese país existen 22 millones de coleccionista. Para 1976 se estimó, también para E.U., que las ventas de sellos habían alcanzado los $1,300 millones de dólares.
Si proyectamos las ventas de 1981 y extrapolamos ambas cifras para el resto del mundo no consideramos fuera de razón un estimado de 100 millones de coleccionistas y ventas anuales de $5,000.00 millones de dólares .

¿Quién suple esa demanda insaciable de sellos a ese gremio de coleccionistas cada vez más numerosa? Se ha señalado que en países como los E.U el 50 por ciento del dinero invertido en pasatiempos se invierte en sellos, de ahí que el sector sea verdaderamente poderoso y sustente gran cantidad de publicaciones dedicadas totalmente al ramo.

La mayoría de las publicaciones descansan básicamente en la publicidad. Un ejemplo de lo anterior es el seminario Linn’s Stamp News, el cual, se edita en Sidney, Ohio, E.U. Es un periódico tabloide con una tirada de unos 82.000 ejemplares dedicados enteramente a la filatelia. El periódico trae aproximadamente el 90 por ciento de sus 108 páginas abarrotadas de anuncios, pues el poco material de lectura es solo una excusa para los anuncios y las tarifas son realmente elevadas pues un pequeño anuncio de una pulgada vale $17.35 y una página cuesta $1,248 dólares, o sea, que ese solo periódico debe contar con una publicidad pagada muy superior a los $100,000 semanales.

En una publicación que leímos se señalaba que la población de coleccionistas, un 20 por ciento  ocasionalmente vende sellos y un 2 por ciento son comerciantes formales establecidos, ya sea a tiempo o tiempo parcial.

Aunque esta cifra puede variar, unos datos del director de American Philatelic Society, la más grande de las asociaciones filatélicas de los E.U. y el mundo, parece confiable por lo menos en parte. La APS reporta alrededor de 50,000 socios, de los cuales 1,240 o sea un 2.5 por ciento  están registrados como comerciantes.

En casi todas las grandes capitales  filatélicas del mundo, los comerciantes tienden a agruparse en la parte más antigua de la ciudad. Asi por ejemplo, en Paris la mayor parte de los comerciantes están ubicados en el sector de San German, mientras que en Londres se localizan las calles Strand y New Bond. Sin embargo, el sector donde posiblemente haya una concentración mayor (aunque posiblemente menor que hace un cuarto de siglo), sea en la calle Nassau de Nueva York.

Por lo menos un capítulo del encantador libro de Alvin F. Harlow, “Entretelones  de la filatelia" y el libro: “Nassau Street” de Herman Herst, están  dedicados a esa famosa calle. En ambos los autores ponen a desfilar ante nuestros ojos a todas las pintorescas figuras del comercio filatélico que dieron renombre a esa calle. Su historia ya forma parte de la historia de la filatelia, pues el comerciante, vilipendiado a veces, denostado otras, es, sin embargo, el sostén obligado del coleccionista tan pronto pasa la etapa de principiante.

jueves, 20 de junio de 2013

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: El Comercio Filatélico (parte I)


La  Filatelia al Dia
02 De Mayo  de 1981 No.63

Por Danilo A. Mueses

El comercio filatélico nació casi conjuntamente con la afición a coleccionar los sellos y surgió siguiendo la reglas más elementales de la economía: tan pronto surge la demanda de un bien o servicio aparece de forma espontánea quien se encarga de suministrarlo.

En la literatura filatélica, tan abundante y variada, no ha quedado constancia de quien fue el primer comerciante filatélico, pero posiblemente las primera personas dedicadas a ese quehacer fueron coleccionistas que en sus ratos libres se dedicaron a vender a otros colegas sus duplicados.

Posiblemente el primer comerciante establecido formalmente como fue Jean-Baptista Moens, un belga nacido en 1833 y quien en 1852 abrió una tienda para la venta de sellos .

Moens, quien llegó a ser una autoridad de renombre internacional, puso todo el peso de sus conocimientos sobre filatelia al servicio de los coleccionistas. A través de su revista “Le Timbre –Poste” fue abanderado de campanas contra las emisiones especulativas como las apadrinadas por el N.F. Seebeck y contra las falsificaciones de sellos, que denunció en lo que se considera el primer manual de la filatelia publicado en el mundo y que título “Sobre las Falsificaciones de sellos “.

Moens permaneció en el comercio de sellos durante toda su vida, hasta su muerte acaecida en 1900.
Otros de los pioneros del comercio filatélico fue Edward Stanley Gibbons, un inglés que se inició como comerciante en sellos en la farmacia de su padre en Plymouth Inglaterra, en 1856 cuando contaba apenas con 16. Stanley Gibbons, de quien hablaremos más extensamente en otra columna, permaneció en el negocio de sellos hasta 1890 cuando vendió su comercio por razones de salud. La casa filatélica que el fundara, la Stanley Gibbons permanece aún después de 135 años, como el comercio de sellos más antiguos que existe .

De este lado del mundo, en los Estados Unidos, el primer comerciante filatélico fue posiblemente William P. Brown, quien ya para el 1860 estaba establecido en una esquina de Nueva York, vendiendo monedas y sellos. En esa época, la  gente no se preocupaba mucho por la condición de los sellos y Brown, quien vendía sus sellos en la ventosa esquina de Chambers y Broadway, para evitar que los sellos fueran aventados los clavaba en una tabla con chinches lo cual como es natural, arruinaba irremisiblemente los sellos. Ese pequeño agujero que sobre los sellos dejaban los chinches no constituía una macula para la mayoría de los coleccionista de la época .

Brown, quien al parecer nunca evolucionó, continuó en el comercio de sellos durante toda su vida y George P. Sloane, quien le trató íntimamente por los años de 1914-15, dice que aun por esos años se negaba a usar pinzas y manejaba los sellos con las manos sucias al igual que 55 años antes .
No sabemos en  qué año nació Brown, pero por el hecho de  que murió en 1929 se deduce que en 1860, cuando se inició en el comercio de sellos no debió tener más de 20 años. Vemos pues que todos los primeros comerciante en sellos eran jóvenes que apenas habían repasado la  adolescencia.

jueves, 6 de junio de 2013

El tunel del tiempo de la Filatelia: Estimule a sus hijos a coleccionar sellos


La Filatelia al Día
25 De Abril de 1981 No.62
Por Danilo A. Mueses

Traemos en el día de hoy un artículo en el cual el Ing. Mueses estimulaba a los chicos a coleccionar sellos. Aunque puede parecer algo descabellado en esta época en que los intereses de nuestros chicos están centrados en cosas electrónicas. Me dio nostalgia al leerlo y ver como han cambiado los tiempos. Tal vez si aún nuestros chicos se dedicaran a coleccionar sellos, tendríamos una mejor sociedad.

Dicen que un poeta nace no se hace. Creemos que lo mismo puede decirse de un coleccionista de sellos. Hay sin embargo una comunión de factores que pueden hacer que un niño se sienta estimulado a iniciar una colección de sellos.

Así, por ejemplo, tenemos el caso de las “postalitas” que cíclicamente salen al mercado en medio de una campaña publicitaria. La razón fundamental por la que a muchos niños (y hasta a  adultos) les apasiona embarcarse en la tarea de llenar esos álbumes, es el afán de reunir cosas que tienes raíces hondas, ancestrales, cuyos orígenes se remontan quizás al hombre de la caverna, que reunía piedrecitas o conchas y las mostraba con orgullo a sus amigos.

Hoy en día la función de la filatelia como ayuda colateral en el estudio de la historia, geografía, arte, etc. ha sido universalmente reconocida. En algunos países hay tanta conciencia de esa función que hasta se ha llegado a hablar de hacer su práctica obligatoria en las escuelas. Aunque consideramos que tal medida sería llevar las cosas demasiado lejos, todos aquellos que en una época u otra de nuestras vidas hemos estado ligados al coleccionismo de sellos estamos plenamente conscientes de que coleccionar sellos puedes abrir una vía más expedita al aprendizaje de una serie de maestrías.

Las posibilidades de enseñanza a través del coleccionismo de sellos se hace mayores con la proliferación de las colecciones temática, las cuales cubren prácticamente todas las ramas del saber humano. En consecuencia, cual que sea el tema que el profesor desee cubrir habrá una  serie casi interminable de sellos cubriendo ese tópico. Sin embargo, situados al margen de la escuela, consideramos que todo padre este leyendo esta columna y que, con sobradas razones  tenemos motivos para considerar que se siente atraído hacia este pasatiempo, puede fomentar en sus hijos el amor hacia los sellos. Y conste, que no estamos sugiriendo (¡Dios nos libre!) que se obliga al niño a coleccionar sellos sino que más bien con tacto, con su vida, se le haga comprender el encanto que puede tener una colección de sellos y el amplio caminos que se abre ante uno, por vía de la filatelia. Así que amigos, abran a sus hijos las puertas de la filatelia,  muéstrenle el mundo de maravillas que está a su disposición y veremos complacidos  que serán muchos los que entran, que se sentirán estimulados a continuar. Esos  jóvenes que hoy ingresen en el coleccionismo, llevaran de adultos una mejor formación, pues hoy en día cuentan con instituciones como la Sociedad Filatélica Dominicana que sirve de orientación a todos los que hemos hecho de la filatelia, nuestro pasatiempo favorito .