27 de noviembre 1982
La Filatelia al Día
Por Danilo A. Mueses
Del 12 al 17 del pasado mes de octubre, un
grupo de filatelistas dominicanos asistimos a San Juan de Puerto Rico a la que
ha llegado a ser la mayor exposición filatélica en toda América Latina y España
y son las exposiciones ESPAMER.
Un grupo expuso, otros fueron simplemente a
admirar las colecciones, hubo quien fue como comerciante y al autor de la
exposición.
La experiencia ganada por todos fue
extraordinaria pues la calidad de las colecciones expuestas fue en todo sentido
de primera.
Para los aficionados a las cifras les diremos
que había en total 260 colecciones ocupando 1,920 marcos y cada marco con 12
páginas o sean en total más de 23,000 páginas. El valor conjunto de los sellos
y otras piezas filatélicas expuestas sobrepasaba los $16 millones de dólares!
Sin embargo lo allí expuesto, lo que todos
pudimos ver y admirar va más allá de lo que podría indicar las frías
estadísticas pues para todos, esa exposición
fue una lección viviente sobre
filatelia.
No podríamos decir que cada colección fuese un
modelo porque, aunque el nivel de lo expuesto era en general bastante elevado,
había de todo, aún aquello que sólo podría tomarse como modelo de cómo no debe
montarse una colección.
Sin embargo, todos pudimos admirar algunas de
las colecciones más excepcionales de América y Europa y comprender y
aprender, que una buena colección es
algo más que una acumulación de piezas valiosas o escasas, que una colección
ganadora requiere de trabajo continuo y sostenido, del estudio, de la investigación.
Al regresar todos hemos traído valiosas
experiencias, aún aquellos que regresaron con un premio menor que el que creían
merecer porque como decía alguien, tanto se aprende de los fracasos como de los
triunfos.
Y en cuanto a la actuación de los dominicanos,
podríamos decir que nos sentimos altamente argullosos del papel desempeñado.
Hay que reconocer que el nivel de nuestras colecciones en general no estaba a
la altura de las grandes colecciones allí mostradas pero hay que mirarlo no
desde esa perspectiva sino recordando que esas colecciones fueron las mismas
que se expusieron en la exposición
domínico-puertorriqueña que celebramos aquí el pasado año y les podemos
asegurar que el nivel alcanzado en el montaje, en la presentación, ha
demostrado claramente y sin que nos quepa duda alguna, que estamos progresando.
El espléndido Centro de Convenciones de San
Juan de Puerto Rico se vistió de gala para mostrar al mundo, el poder de una
simple estampilla como vehículo de cultura y vinculo de amistad y
confraternidad entre los pueblos de estas América, grande y hermosa.
En esos días tuvimos la ocasión de
intercambiar ideas, de conocer figuras señeras dentro de la filatelia
interamericana y se departir con colegas en un ambiente campechano e informal.
Allí reunidos, nos sentíamos todos más hermanos porque la filatelia salta por
encima de las barreras idiomáticas, de nacionalidad, raza o cultura y nace que todos los presentes se confundan
en un estrecho abrazo y al despedirnos en todos los labios sólo había sonrisas
y una promesa de volvernos a reunir en ESPAMER`83.