La
Filatelia al Día
14 De Febrero de 1981 No. 52
Por Danilo A.Mueses
Julien Delahaef, un avanzado coleccionista parisino,
tenía una fabulosa colección de sellos que despertó la envidia de Aubert, otro coleccionista
residente en la misma ciudad de París.
No
teniendo los medios para conseguir la colección de Delahaef, Aubert urdió una estratagema.
Combinando con una joven extremadamente hermosa que se presentó ante Delahaef como coleccionista
de sellos, le atrajo hacia un apartamento donde el infeliz coleccionista fue
golpeado con una hacha y sus sellos le fue robados. Afortunadamente la mano de
la justicia es larga y Aubert y su amante no tardaron en ser arrestados y convictos.
“Usted no sabe lo que los sellos pueden hacer a un
hombre”, decía un coleccionista. En Holanda, un coleccionista convino en
fugarse con la esposa de un rico coleccionista holandés con la condición de que
ella se llevara consigo la fabulosa colección de sellos su marido. Tan pronto
como el muy canalla tuvo los sellos en sus manos, abandono a la pobre mujer y
tomo el primer avión hacia Francia.
Dice
H.R .Harmer el propietario de la famosa casa de subastas Harmer-Rooke que para
evitar que los sellos sean robados de su salones de subastas ha tenido que
disponer en los salones de ventanas especiales a través de las cuales los detectives
que aposta en el exterior pueden observar el salón sin ser vistos. “Esto puede
ser algunas veces muy embarazoso”, dice Harmer “porque generalmente el ladrón
es alguien con un título o una persona prominente”.
Me
cuenta Don Enrique Alfau que a su tienda van a veces prominente coleccionista que acostumbra
llevarse entre las mangas uno que otro sello Don Enrique indulgentemente se lo
pasa por alto y me señalaba que la persona en cuestión no tiene necesidad de
tomar unos cuantos sellos que al final de cuentas no significan más que pocos pesos.
Después de esta visión rápida de lo que
hemos llamado “traiciones, estratagema y despojos” no vaya usted a
creer que los ejemplos que hemos citado son en modo algún representativo
de la idiosincrasia o modo de actuar de
los coleccionista de sellos. Esto es
solo un ejemplo de lo apasionante que puede ser la filatelia .
Podemos decir que el filatelista es en general un
hombre honesto que hace a la confianza en él depositada. Ejemplo
de ello es que anualmente se hacen transacciones por correo por valor de
millones de dólares sin que haya quejas alguna para ninguna de las partes. Son transacciones en las cuales
una veces de envía dinero y otra sellos a personas totalmente desconocidas y
con muy poca posibilidad de recuperar el dinero o mercancía en el caso de que
la otra persona no haga honor a su compromiso. Las quejas, sin embargo son casi inexistente.