La Filatelia al
Día
8 De mayo de 1982.
Por Danilo A. Mueses
Conociendo el poder de la filatelia como forma
de adquirir cultura, no son pocos los que han sostenido la tesis de que la
filatelia debería incluirse en el pensum de las escuelas.
En el libro de Repollés “La Filatelia: Una
inversión rentable—Un pasatiempo fascinante” relata que italiano de nombre
Gastón Rizzo, maestro titular de una escuela en Verona y quien es además un
apasionado filatelista, ha creado un método original para enseñar las
asignaturas obligatorias: historia, religión, gramática, geografía, ciencias,
aritmética, geometría. Etc. sirviéndose exclusivamente de sellos.
El profesor Rizzo expuso sus ideas en un libro
que tituló “Dei raccoglitore” que vendría
a ser algo así como “De los Coleccionistas” y su mérito ha recibido
elogios y aún ha tenido sus seguidores hasta un punto tal que UNESCO invitó al
profesor Rizzo para París, y preparó unos documentales explicativos de su
original forma de enseñanza.
Sin embargo, aun comprendiendo el valor
didáctico del sello, muchos se preguntan: ¿Es válido el argumento del poder
didáctico el sello, hasta el punto de hacer de la filatelia un método de
enseñanza? Francamente parece que no.
Dice Jorge Leiva un distinguido filatelista
argentino que “el filatelista nace, no se hace” y tiene mucha razón. La prueba
más palpable es que muy pocos hijos de coleccionistas, comparten con sus padres
la afición por los sellos.
Sin embargo, hay numerosas personas que son
coleccionistas en ciernes, algunos todavía niños pero otros ya adultos, y que
sólo aguardan quien pueda despertar en ellos esa pasión dormida. Es como la
nota que yace dormida en la cuerda del laúd, está allí y podría permanecer
durante años. Un día, el laúd llega a manos de un maestro, y de sus manos brotan en armonía sus potentes
notas.
Es por ello que sugerimos que aprovechemos el
caudal de enseñanza presente en los sellos para tratar de orientar a aquellos
cautivados por sus policromas figuras y mostrarles la mina de conocimientos que
pueden obtener de sus sellos, que digamos cuán placentero puede ser el
aprendizaje cuando se cuenta con un auxiliar tan valioso como son los sellos.
Es en esa área donde crece la importancia de
las colecciones temáticas. Tomemos por ejemplo un estudiante de arte. Cual sea
la rama del arte a la que se dedique, ya sea pintura, música, poesía o
arquitectura, podrá encontrar numerosos sellos ilustrados manifestaciones de
ese arte.
Fue famosa por los años veinte y treinta,
cuando las colecciones temáticas no tenían la popularidad que tienen hoy en
día, la colección formada por Theodore E. Steinway, el famoso fabricante de
pianos, de sellos del tema música. Hoy en día, los sellos de ese tema son
tantos que casi habría que especializarse en algo más como podrían ser
compositores. Instrumentos musicales o partituras de música.
Puede decirse en general que todo sello
enseña, lleva un mensaje, nos dice de cosas, de hechos históricos, lugares
geográficos, de personas. Hay algunos que miran, como quien mira una pequeña
postal y su interés en el sello no pasa de lo puramente subjetivo, otros en
cambio, dan un paso más, tratan de investigar un poco más que hay detrás de
cada sello, porque cada sello sólo hace la pregunta. Algunos la oyen
despreocupadamente, no captan el mensaje y sinceramente, no saben de cuanto se
están perdiendo; otros en cambio, siente el llamado, se inquietan, buscan la
respuesta y es allí amigos donde empieza el verdadero placer que proporcionan
los sellos; ese día se deja de ser un simple coleccionista para convertirse en
un verdadero filatelista.