miércoles, 9 de enero de 2013

El Túnel Del Tiempo de la Filatelia: Sellos Raros

Publicado en el periódico  El Caribe, 10 de enero  1981, Pág. 31

La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses

Sellos raros
¿Para qué sirve un sello de correos? La pregunta hace una perogrullada, pero algunos países han emitido a veces sellos que, aunque su función básica sigue siendo el franqueo de la correspondencia, su uso restringido los hace grandes rarezas o curiosidades filatélicas. Veamos algunos de esos sellos.

Porte de mar
Por el año 1875, México al igual que la mayoría de los países, no se había adherido a la recién formada Unión Postal Universal. Como consecuencia de esta situación, la mayoría de la correspondencia de México destinada a Europa, se transportaba en buques de matrícula inglesa o francesa a través de oficinas postales de ultramar que en este caso estaban ubicadas en Tampico.

El gobierno mexicano, aunque no podía transportar la correspondencia, no quería perder su parte de la tajada y emitió estos sellos que indicaban la suma que los usuarios del servicio debían  pagar a los capitanes de los barcos para transportar la correspondencia. Los capitanes a su vez debían pagar parte de esa suma al gobierno mexicano. Los sellos llevan la curiosa inscripción “PORTE DE MAR”

Sellos de seguro marítimo
A nadie le agrada que se le extravíe una carta y parece que a los holandeses menos que a nadie. Fue por esto que en 1921 ese país emitió una serie de sellos para cubrir el costo de un seguro marítimo para la correspondencia.
Las cartas franqueadas con estos sellos iban depositadas en una caja de seguridad especial que se colocaba en la cubierta del barco. En caso de accidente o naufragio la caja se desprendía automáticamente de la cubierta y caía al mar. La caja además de flotar llevaba una señal luminosa y una señal radial que permitía su localización y recuperación.   
Al parecer para que el sistema funcionara había que gestionar de los demás gobiernos que emitieran sellos y establecieran servicios similares, lo cual no se consiguió.
Esta emisión ha sido única y ha quedado como una muestra de que aun en sociedades culturalmente adelantadas pueden surgir ideas de lo más descabelladas.

No entregar en domingo.
A pesar de que los medios de transporte existentes en Europa a finales del siglo pasado y a principios del actual eran, como es de suponer, mucho más rudimentarios que los actuales, la correspondencia tardaba en ese entonces en ser entregada mucho menos que en la actualidad.
Esto era así porque las autoridades postales ponían especial diligencia en entregar la correspondencia y en muchas grandes ciudades se entregaba la correspondencia el mismo día. Con el propósito de que la correspondencia no sufriera retrasos las disposiciones postales belgas obligaban a los carteros a trabajar aun en domingo.
Bélgica ha sido un país temeroso de Dios y que guardan el precepto bíblico de no trabajar en domingo. Aunque recibir una carta no implica trabajo alguno, había personas para las cuales hacer trabajar al cartero el domingo, constituía un cargo de conciencia.
Para esas personas, para esas personas las autoridades postales belgas, durante el periodo de 1893 hasta 1914, emitían los sellos con una bandeleta en la parte inferior donde se lee en francés y en flamenco “Ne spas librer le dimanche-Niet bestellen on Zondag”, o sea “No entregar en domingo”.
Las personas que no tenían reparos de conciencia en que su carta fuera entregada en domingo, simplemente le quitaban la bandeleta, la cual estaba unida al sello por perforaciones.
Los que no querían que su carta fuera entregada el domingo, se la dejaban y el cartero como es natural la dejaba para entregarla el lunes.

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