La Filatelia al Día
25 De Abril de 1981 No.62
Por Danilo A. Mueses
Traemos en el día de hoy un artículo en el cual el Ing. Mueses estimulaba a los chicos a coleccionar sellos. Aunque puede parecer algo descabellado en esta época en que los intereses de nuestros chicos están centrados en cosas electrónicas. Me dio nostalgia al leerlo y ver como han cambiado los tiempos. Tal vez si aún nuestros chicos se dedicaran a coleccionar sellos, tendríamos una mejor sociedad.
Dicen que un poeta nace no se hace. Creemos
que lo mismo puede decirse de un coleccionista de sellos. Hay sin embargo una
comunión de factores que pueden hacer que un niño se sienta estimulado a
iniciar una colección de sellos.
Así, por ejemplo, tenemos el caso de las
“postalitas” que cíclicamente salen al mercado en medio de una campaña
publicitaria. La razón fundamental por la que a muchos niños (y hasta a adultos) les apasiona embarcarse en la tarea
de llenar esos álbumes, es el afán de reunir cosas que tienes raíces hondas,
ancestrales, cuyos orígenes se remontan quizás al hombre de la caverna, que
reunía piedrecitas o conchas y las mostraba con orgullo a sus amigos.
Hoy en día la función de la filatelia como
ayuda colateral en el estudio de la historia, geografía, arte, etc. ha sido
universalmente reconocida. En algunos países hay tanta conciencia de esa
función que hasta se ha llegado a hablar de hacer su práctica obligatoria en
las escuelas. Aunque consideramos que tal medida sería llevar las cosas
demasiado lejos, todos aquellos que en una época u otra de nuestras vidas hemos
estado ligados al coleccionismo de sellos estamos plenamente conscientes de que
coleccionar sellos puedes abrir una vía más expedita al aprendizaje de una
serie de maestrías.
Las posibilidades de enseñanza a través del
coleccionismo de sellos se hace mayores con la proliferación de las colecciones
temática, las cuales cubren prácticamente todas las ramas del saber humano. En
consecuencia, cual que sea el tema que el profesor desee cubrir habrá una serie casi interminable de sellos cubriendo
ese tópico. Sin embargo, situados al margen de la escuela, consideramos que
todo padre este leyendo esta columna y que, con sobradas razones tenemos motivos para considerar que se siente
atraído hacia este pasatiempo, puede fomentar en sus hijos el amor hacia los
sellos. Y conste, que no estamos sugiriendo (¡Dios nos libre!) que se obliga al
niño a coleccionar sellos sino que más bien con tacto, con su vida, se le haga
comprender el encanto que puede tener una colección de sellos y el amplio
caminos que se abre ante uno, por vía de la filatelia. Así que amigos, abran a
sus hijos las puertas de la filatelia,
muéstrenle el mundo de maravillas que está a su disposición y veremos
complacidos que serán muchos los que entran,
que se sentirán estimulados a continuar. Esos
jóvenes que hoy ingresen en el coleccionismo, llevaran de adultos una
mejor formación, pues hoy en día cuentan con instituciones como la Sociedad
Filatélica Dominicana que sirve de orientación a todos los que hemos hecho de
la filatelia, nuestro pasatiempo favorito .
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