martes, 9 de septiembre de 2014

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: SOBRENOMBRES DE LOS SELLOS (parte II)

La Filatelia al Día
28 De Noviembre de 1981: No. 93
Por Danilo A.Mueses

La pasada semana, al hablarles de los sobrenombres de los sellos le señalábamos que algunos de ellos tenían carácter local pero que había otros cuya fama traspasado las fronteras nacionales y eran conocidos internacionalmente  como es el caso del Penny Black, los Misioneros y los Mauricio Azul.

Otro asunto digno de mención en esto de los sobrenombres es que algunos de ellos se aplican a un sello específico, pero otros cubren una emisión completa ya sean todos los sellos iguales o diferentes.
Hoy vamos a seguir hablándoles de los sobrenombres, continuando primero con los reconocidos internacionalmente para luego proseguir con otros de uso mayormente local.

Los primeros sellos de la Guayana Inglesa fueron impresos localmente en 1851 y por su forma más bien parece un matasello pues tienen forma circular llevando en el borde el nombre del país y en el centro el valor. De los 4 valores, el 2 es el más escaso pues sólo se conocen 10 ejemplares y reciben el nombre de “Cottonreel” (carrete de algodón) en todos los círculos filatélicos.

Otros sello con un sobrenombre famoso es el sello de 2 emitido por los E.U. en 1861 mostrando a Andrew Jackson, el tercer presidente del país. El sello impreso en negro llama mucho la atención pues la cara ocupa totalmente la viñeta y ha recibido el nombre de “Black Jack”.

Cuando se imprimieron los primeros sellos de Brasil, el Director General de Correos no quiso mostrar la efigie del emperador Don Pedro y escogió  en cambio cifras indicando el valor encerrado en un óvalo que a muchos filatelistas les recordaba unos “ojos de buey”. El nombre pegó y prácticamente todos le llaman así.

Otros sobrenombres es que han traspasado las fronteras de lo nacional son las famosas “diligencias" de Uruguay, nombre que reciben los primeros sellos de ese país. Los sellos que llevan en su centro el “Sol de Mayo" y arriba la palabra “diligencia", estaban destinado a franquear cartas hacia el interior la cual se transportaba en ese tipo de carromato.

Dar una lista completa sería interminable y vamos a citarles algunos nombres de carácter local.
En Argentina tiene los “gauchitos”, “cabecitas” y “barquitos. Aunque los primeros no se llegaron a emitir y los otros son emisiones locales, los tres son muy buscados por todos los coleccionistas.
En Venezuela tienen un sello de 1 Bolívar, emitido en 1900 y de color gris oscuro que los coleccionistas de ese país llaman “Bolívar Negro”.

En Cuba se emitió en 1890 un sello con la efigie del infante Rey Alfonso XIII. La viñeta es igual a la del sello emitido en España un año antes. Los cubanos con su humor tan especial han apodado al sello “el pelón”.

En nuestro país no nos quedamos atrás y en cualquier reunión filatélica no es raro oír a cualquiera hablar de “la serie de mapita”, ya conseguí una "pro archivo", "te vendo una colonia", "a Don Enrique le llegó una viuda negra", lenguaje que al no iniciado en el lenguaje de los sobrenombres le parecerá pura jerigonza pero perfectamente entendible para cualquier coleccionista dominicano.

Esos sobrenombres, dan sabor a la filatelia y  nacieron casi con el coleccionismo de sellos. Ya por el año 1860 un cronista londinense hablando de las operaciones que se efectuaban en Change Alley (callejón de los Canjes) decía: "Aquí se escucha un idioma incomprensible, del cual ofrezco algunas frases: “¿Tienes una Sajonia Amarilla?”... “Quiero una Rusa"… “Le daré una Prusia roja por una Brunswick azul”… "¿Quieres cambiar una rusa por una inglesa negra?" "¿No daría una rusa por veinte inglesas?"

Lo notorio es que esto viene desde hace más de 120 años y cualquier filatelista avanzado de nuestro días que pudiera darse un paseo en la máquina del tiempo de Trucutú, y volver a esa época…. Sabría de qué estaban hablando.


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