jueves, 9 de julio de 2015

El túnel del tiempo de la filatelia: Perfil de Franklin D. Roosevelt (Parte I)

La Filatelia al Día
12 de junio de 1982: No 120
Por Danilo A. Mueses

Pocos personajes han influido tanto en la promoción y desarrollo de la filatelia como lo hizo Franklin D. Roosevelt, al decimotercer presidente de los E.U.

Roosevelt no fue un filatelista clásico en el sentido que muchos podrían imaginarse. El mismo prefería decir que era un coleccionista de sellos, no un filatelista, una persona que coleccionaba por el placer que los sellos proporcionaban y disfrutaba intensamente de sus estampillas.

En cierta ocasión Roosevelt escribió: “Lo mejor del coleccionismo de sellos es que el entusiasmo que despierta en los jóvenes se incrementa con el paso de los años. Hace desaparecer el aburrimiento, aumenta nuestra visión, amplía nuestro conocimiento y, en innumerables formas, enriquece nuestra vida"

Roosevelt se inició en el coleccionismo de sellos siendo un niño de apenas siete años cuando le regalaron unos sellos de Hong Kong procedentes de la correspondencia que su abuelo había enviado desde allí. Roosevelt continuó coleccionando durante toda su vida y aunque tenía una colección general se especializaba en Hong Kong, Haití, Argentina, Venezuela, República Dominicana y algunas de las colonias británicas.

Algunos filatelista que le conocieron, como es el caso de Ernest A. Kehr, señalan que al señor Roosevelt no le preocupaba mucho la perforación de las piezas. Si tenía un espacio vacío en su álbum y el sello que conseguía no estaba en muy buenas condiciones, no tenía ningún inconveniente en colocarlo en su álbum. Sin embargo, estudiaba en detalle cada sello que recibía y se ha señalado que aún en los días aciagos de la II Guerra Mundial dedicada cada día por lo menos media hora a sus sellos lo cual le servía de terapia y, según decía su esposa Eleanor: “Obtenía un descanso absolutamente desconocido para la mayoría de las personas, esa actividad lo preparaba mejor que nada para el trabajo del día siguiente”.

Muchos podrían pensar que Roosevelt, una persona de amplios recursos económicos, hacía grandes inversiones en su colección. Sin embargo, nunca fue así. El escritor Herman Herst en su libro “Stories To Collect Stamps By” nos da una buena visión de las operaciones de compra de Roosevelt en las subastas en que éste participaba a finales de la década del 20 y a principios de la década del 30, en la casa de subasta de Maxwell Ohlman. Así por ejemplo, en una subasta que se celebró el 3 de octubre de 1928 hizo ofertas por 31 lotes y éstas oscilan entre $1.10 la más baja y $7.00 la más alta; en otra subasta celebrada el 12 de junio pujó en 13 lotes con ofertas entre $1.50 y $ 9.50 y no ganó ninguno.

La pasión de Roosevelt por la filatelia le llevó hasta diseñar uno de los sellos de E.U. Fue el sello de 16 centavos emitido en 1934 para ser usado en el servicio de Entrega de Especial Aérea y que corresponde al Scott CE-1. A la muerte de Roosevelt, entre su colección se encontró un Sketch de este sello con una nota marginal de su puño y letra señalando “Este sello fue diseñado por sí mismo. Franklin D. Roosevelt”.

La pasión de Roosevelt por la filatelia era ampliamente conocida internacional. En uno de los sellos de Mónaco emitido en 1947, se muestra al presidente con su colección de sellos (Scott N. C-16). Muchas personas, y aún gobiernos, a fin de congratularse con él le obsequiaban sellos y esos donativos formaban parte importante de su colección.


Al morir Roosevelt, su colección fue puesta a subasta a través de la Casa H.R. Harmer de New York. Aunque la colección fue valuada en $80,000 todos los coleccionistas pugnaban por tener una pieza que hubiera sido propiedad del gran presidente y eso hizo que  muchos sellos alcanzaran precios por encima de los anticipados. Al final de las cuatro versiones las ventana había alcanzado los $221.000.

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