Dicen el viejo
refrán que si montaña no va donde Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña. Cada día
vemos nuevas muestras de un movimiento que no sabemos donde se inició: si la
gente no va a donde están los sellos, llevemos los sellos a donde está la
gente.
Fue con esto en
mente que el comité organizador de la exposición ESPAÑA 2006 que ese año fue
celebrada en Málaga, decidieron que las colecciones serían expuestas en carpas
climatizadas que se ubicarían en las zonas de Málaga por donde normalmente
circula más gente. Es como si montáramos una exposición en la Duarte o en la
Calle El Conde. La única forma que tendría la gente de no ver la exposición es
ir de compras a otro sitio.
Otro caso
similar ocurre el Puerto Rico. La Sociedad Filatélica de Puerto Rico celebra
cada año en octubre una exposición filatélica y siguen una línea similar: Han
logrado que la gerencia de Plaza Las Américas les permita hacer su exposición
anual en uno de los pasillos de la plaza por donde circulan diariamente miles
de personas. Y la Plaza se beneficia pues lo más probable es que mucha de la
gente que va a ver la exposición, aproveche la visita y compre algo en algunos
de los establecimientos de la Plaza.
Ha sido dentro
de ese contexto que hemos visto la sugerencia, muy interesante por cierto, que
hace en la revista Flash, órgano de la FIP, Hermann E. Sieger, un comerciante
de Alemania. Propone Sieger que las sociedades monten muestras no competitivas
en diferentes sitios donde hay grandes cantidades de público “cautivo”. Uno de
esos sitios podrían ser las salas de salida de los aeropuertos. Allí, miles de
personas se pasan incontables horas sin nada que hacer mientras esperan la
salida de sus aviones. Un grupo de colecciones de sellos les ofrecería algo entretenido
en que matar el tiempo. Sieger llega a proponer que la muestra sea de sellos
relacionados con la aviación.
Sieger sin
embargo, no para ahí. Sugiere que las sociedades hagan contacto con los
propietarios de los locales vacíos en los centros comerciales para que les
permitan colocar en ellos muestras de sellos mientras aparece un nuevo cliente.
Las colecciones pueden atraer la atención de inquilinos potenciales. Sugiere al
mismo tiempo hacer un llamado a inscribirse en la Sociedad indicando la dirección.
Otra sugerencia
de Sieger es conseguir que algún banco o que un salón de exhibición de
automóviles permita poner en sus vestíbulos una muestra de sellos para
aprovechar las miles de personas que diariamente les visitan.
Estas
sugerencias, como el famoso cascabel al gato, requieren del esfuerzo de alguien
pues debemos reconocer que aún la muestra más sencilla requiere del trabajo de
alguien, pero creemos que, independientemente de cualquier objeción que alguien
pudiera poner, la idea es buena.
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