La filatelia
al Día
16 De Mayo
de 1981 No. 65
Por Danilo A. Mueses
El Comercio Filatélico (Parte lll)
Puede asegurarse que el comercio filatélico
opera dentro de unos altos niveles éticos. La semana pasada les hablamos de la
tirantez que muchas veces existe entre los coleccionistas, estos tienden a endilgar a
los comerciantes, especialmente a aquellos con los que tienes tratos directos, con epítetos
no muy halagüeños, pero en general no tienen razón.
Esto en nuestra opinión es producto de la
mercancía que vende el comerciante filatélico. El coleccionista tiende siempre a comprar los
precios del comerciante con los que le ofrecieron en otra tienda o con los que
un amigo consiguió en una subasta. Herman Herst de quien hablamos la semana
pasada señala que el comerciante filatélico está en desventaja en relación a cualquier otro comerciante. Así por ejemplo
el que vende zapatos si tiene demanda de un modelo lo pide simplemente a la
fábrica donde le dan un descuento que le permite obtener al revenderlo pingues beneficios.
El comerciante filatélico, sin embargo, no
puede en caso de que sepa que determinado sello tiene una gran demanda ordenar
media docena a una tienda en E.U. En general, el coleccionista bien informado
puede comprar lo que le hace falta en las mismas tienda y a los mismas precios
que el comerciante. Puede suceder que un coleccionista y un comerciante estén
interesados en una serie colombina y ambos la ven anunciada en una lista en una
lista de precios de la tienda X de New
York por solo $30. El comerciante le tomó la delantera y la compra. Cuando el
coleccionista la ve a pocos días en un clasificador del comerciante por 50, lo menos que
se lo ocurre pensar es que este lo está estafando.
Hay otro caso en lo cual el comerciante parece
tener la ventaja y es el caso de las colecciones. Ahí sin embargo su aparente
ventaja se ve disminuida por el hecho de que en toda colección un gran porcentaje del material es invendible
casi a ningún precio. El comerciante debe cargar por tanto a lo que es vendible
el precio de la colección y pasar el resto a paquetería. A ese material, de
venta generalmente lenta, es a donde va a parar la ganancia del comerciante.
Tal como señalamos al principio, el
comerciante filatélico especialmente el que opera por correo, está constituido
en la mayoría de los casos por comerciantes muy serios. En más de doce años que
tenemos comprando sellos por correo, hemos tenido tratos con docenas de
comerciantes. En todo ese tiempo jamás hemos tenido el mas mínimo problema con
un comerciante del ramo. Puede señalarse que más del 70 por ciento del comercio
filatélico a nivel se hace por correo. Las operaciones “vis –a-vis” están
reservadas en general para los principiantes.
La mayoría de los comerciantes operan según
unos métodos muy sui generis exclusivos del comercio filatélico. Así tenemos la
paquetería, los “approvals”, las listas de precio las “want list”, y las subastas.
Casi todos los comerciante siguen una línea única de comercio, aunque como es
natural siempre hay algunos que operan más de un sistema. De todos estos
sistemas de venta, sin embargo, le hablaremos la semana próxima .
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