La Filatelia al Día
6 De febrero de 1982.No 102
Por Danilo A. Mueses.
Tanto los que conocen el significado de la
palabra “gimmick” como los que se molestaron en buscar su significado en un
diccionario inglés-español y vieron que significaba: "Treta, truco,
martingala” se preguntarán qué está haciendo esa palabra como título de este
artículo.
Pues bien, antes de explicarles qué son los
“gimmicks “vamos a retroceder un poco.
Durante todo el siglo pasado y las primeras
décadas del presente, el sello tenía una función eminentemente utilitaria y
podría decirse que la mayoría de los sellos se emitían para cumplir fines
postales. Era cierto que en la última década del pasado siglo surgió N.F.
Seebeck quien apadrinó una serie de emisiones especulativas principalmente de
Nicaragua, Salvador y Ecuador, pero cuando surgieron tales emisiones el público
protestaba acaloradamente.
Esos países eran sin embargo una minoría y
cuando alguien se salía demasiado del surco trazado, se le señalaba
acusadoramente con el dedo y volvía al redil. Puede decirse que aunque las
aguas no eran del todo tranquilas, se navegaba sin mayores problemas y fue así
como llegamos a finales de la década del 40 sin que la nave llegara a hundirse.
Un índice de la oposición general que
despertaban las emisiones especulativas fue la formación en 1895 de la que se
llamó “Society for the Supression of Speculative Stamps” que tenía por objeto
persuadir a los coleccionistas de boicotear las emisiones innecesarias. Aunque
la sociedad fue disuelta pocos años más
tarde en parte debido a las críticas de algunos periodistas filatélicos que la
atacaron duramente llegando a
denominarle “SSSS” que, aunque eran siglas de la sociedad, rememoraban el acto
de sisear.
El final
de la Segunda Guerra Mundial al tiempo que significó el advenimiento de
la paz. Fue el comienzo del desmembramiento del imperio colonial europeo, en
especial los de Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, Italia y Bélgica entre
otros.
Las decenas y decenas de antiguas colonias se fueron constituyendo en países
independientes pero al despertar de la noche de juerga con que se había
celebrado la fiesta de la independencia de dieron cuenta de que ya no había a
quien pasarle la cuenta y que de allí en adelante había que buscar por sus
propios medios, nuevas formas para generar divisas.
El final de la guerra trajo también aparejado,
para todos los países de Europa y Norte América, un auge económico sin
precedentes, salarios más elevados, semanas de trabajo más corta y mayor tiempo
y dinero para gastar en pasatiempos. Fue por tanto casi una consecuencia
natural que parte de ese tiempo y dinero extra de que se disponía se gastara en
sellos.
Otras circunstancias que contribuyó a la
difusión de la filatélica fue la mejoría a nivel mundial en las comunicaciones. Las rutas aéreas fueron poco a poco cubriendo
el mundo que fue empequeñeciéndose. Lugares a días y aún a semanas de distancia
ya a horas de vuelo.
Todos estos hechos y circunstancias se
combinaron y las naciones emergentes más cerca de las grandes y ricas naciones
industrializadas, como consecuencia de la mejoría en los sistemas de
comunicaciones, y requiriendo divisas para apuntar sus muchas veces
tambaleantes estructuras económicas, se lanzaron en fiera competencia por dólares,
libras, marcos, francos, etc., de una horda de coleccionistas ávidos de sellos
con qué llenar sus álbumes y horas de ocio.
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