La filatelia al Día
16 De
diciembre de 1981
Por Danilo A.Mueses.
Pocos sellos en la historia de la filatelia
han cautivado la imaginación de los coleccionistas con la fuerza que lo ha
hecho el sello aéreo de 24 centavos con el centro invertido emitido por los
Estados Unidos en 1918.
El 18 de mayo de 1918 fue el primer día de
emisión de este sello de 24 centavos que fue concebido para cubrir el franqueo
del recién inaugurado servicio aéreo entre las ciudades de New York, Philadelphia y Washington. W. T. Robey era
un coleccionista que tenía canjes de
sobres de primer día con otros colegas de New York y Philadelphia . Temprano en
la mañana de ese día fue a una oficina de correos en Washington y pidió una
hoja completa de 100 sellos. El empleado le informó que no tenía ningún bien
centrado pero que al mediodía llegarían nuevas.
Robey volvió al mediodía y el empleado le pasó
una hoja que, para su sorpresa, tenía el centro invertido. Al verla el corazón
se le detuvo y preguntó al empleado que si no tenía alguna otra. Se habían
emitido en hojas de 400 sellos y por
tanto debían existir tres hojas más; las otras que le fueron mostradas eran normales. Fue entonces cuando Robey hizo
notar al empleado el error, quien le pidió que se la devolviera pero éste, como
es natural, se negó y salió apresuradamente de la oficina.
El empleado de correos llamo de inmediato por
teléfono a la oficina del Director General para comunicarle sobre el error. Esto
hizo que se suspendieran las ventas durante dos horas mientras los empleadores revisaban millares de hojas
en busca de otros errores. Como
existieron otras tres planchas éstas debieron ser encontradas pero nunca se ha
dicho nada sobre ellas.
Robey recibió de un comerciante en sellos una oferta
de $500 que fue rehusada, pues estaba consciente de que su plancha valía mucho
más. Poco después. Percy Mann le ofreció $10,000 por hoja, suma que, aunque era
mucho mayor que cualquiera que hubiera recibido antes, no le hizo decidirse y
Robey prefirió tratar primero de vender
la hoja en New York por un precio más alto. Aunque no logró en New York, recibió un telegrama pidiéndole que a su
regreso se detuviera en Philadelphia allí un coleccionista, de nombre Eugene Klein,
le hizo una oferta de 15,000 a nombre de un sindicato que se había formado por
él.
Aunque antes de que la operación pudiera ser
completada Robey recibió una oferta de 18,000 del comerciante que originalmente
le había ofrecido $500, no la pudo aceptar pues ya le había dado la opción al
grupo de Kleim.
Finalmente la plancha fue a parar a manos del
Coronel Edward H. Green quien ya para esa época se había convertido en el mejor
comprador de sellos en los Estados Unidos y posiblemente en el mundo, él pagó posteriormente
$20,000 por la hoja.
Cuando
el Coronel Green quiso montar la hoja se encontró con que no le cabía en
las páginas de sus álbumes y Klein le convenció de que debía tener compasión
por los demás coleccionistas y partir la hoja. Le argumentó que de mantener
intacta la hoja, los sellos probablemente nunca valdrían mucho más de lo que él
había pagado por ellos pero, que si la rompía, aumentaría el valor de los
sellos.
El Coronel aceptó la sugerencia y después de numerar a lápiz cada sello rompió la hoja
quedándose con un block de ocho del
margen, el block con el número de la plancha y algunos sellos sueltos. Los
primeros sellos se vendieron a $250 y los sellos con el borde recto de los
lados de la hoja a $175.00.
Gradualmente el precio fue aumentado y los
últimos se vendieron en alrededor de $650 cada uno.
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