miércoles, 18 de marzo de 2015

EL Túnel del Tiempo de la Filatelia: Forgeries, Counterfeits Fakes (Parte II)

La Filatelia al Día
13 De marzo de 1982. No 107
Por Danilo A. Mueses


Un sellos es una pieza en general pequeña y los coleccionistas están entre los  “hobbistas” más escrutadores. Al que se dedica a estudiar las aves o colecciona pinturas disfruta pasatiempo despreocupadamente. El coleccionista de sellos en cambio, no, porque crea que el sello recién adquirido sea falso, tan pronto lo recibe lo escudriña con una lupa observa su más mínimo detalles y es natural que el falsificador haya comenzado a temerle y haya orientado sus actividades hacia otro tipo  de falsificaciones, mucho más fáciles de detectar y son las que en inglés se denominan “fakes”.

Un “fakes” es un sello legítimo que ha sido alterado para convertirlo en un sello más valioso. La operación puede ser a veces extremadamente fácil de hacer, pero por el contrario, extremadamente difícil de detectar. Veamos algunos ejemplos de “fakes” que los españoles llaman “trucaje”, aunque el término no ha “prendido” mucho por estas latitudes.

En 1902 se emitió en nuestro país una serie de 4 sellos (2, 5,10 y 20) para la correspondencia oficial. Los sellos llevaban en su viñeta la Puerta del Conde. En 1904, habiéndose agotado las emisiones corrientemente en uso, el Gobierno se vio precisado a habilitar  los sellos oficiales emitidos dos años antes para su uso en la correspondencia. Los sellos de 5 centavos de sobre imprimieron en rojo con la inscripción “16 de Agosto" y “1904” en dos líneas y a los tres restantes se les puso la misma inscripción pero en negro.

Pues bien, al parecer, una hoja de los sellos de 5 centavos se coló accidentalmente entre los que recibieron la sobreimpresión en negro lo cual dio origen a uno de los sellos más escasos de nuestro país pues posiblemente no pasaron de 100 los sellos con la sobreimpresión equivocada. En consecuencias, su cotización en el catálogo Scott de 1982 es de $600 pero es más escaso de lo que su precio podría indicar.

Aunque los sellos originales fueron impresos por el Hamilton Bank de New York, la sobreimpresión se hizo locamente en la imprenta de los Hno. García. Para ello se usaban tipos comerciales comunes y corrientes, de los utilizados en los trabajos cotidianos, y allí radican la facilidad con que los pueden falsificar y, de hecho, han sido falsificado estos sellos.

Los tipos de imprenta usados por la imprenta de los Hnos. García en esa sobre-impresión fueron, tal como hemos señalado, (tipos comerciales que aún hoy día pueden encontrarse en muchas viejas imprenta. Los tipos. “Romanos No.12” que pueden encontrarse en dos imprentas son iguales como dos gotas de agua; por lo tanto todo lo que hace un falsificador es preparar sus tipos y comenzar a hacer pruebas hasta conseguir un tono exactamente igual al original y esto le es fácil pues puede tomar como referencia los otros valores de la emisión cuyo valor en catálogo es de apenas unos pesos.

El experto que debe dictaminar sobre la legitimidad de estos sellos se encuentra casi sin arma pues ya, el único punto que le queda es la tinta. Sólo en el caso de que logre demostrar que la tinta usada es diferente podría demostrar que el sello es falso.

Los sellos sobreimpresos, que en general fueron habilitados mediante tipos de imprenta comunes, constituyen actualmente  el grueso del material  que debe ser expertizado. Hay emisiones tan amplias y expertamente falsificadas que ni aún los mejores expertos se atreven a dictaminar sobre ellas. Tal es el caso de la denominación “emisión Puerto Príncipe” en Cuba en 1898 por la Administración Norteamericana, sobreimprimiendo sellos de la Colonia.

Hay otras emisiones que por haber sido falsificadas, queda desacreditadas por el resto de sus vidas pues el público la mira con suspicacia. Tal es el caso de los sellos emitidos por nuestro país en 1930, sobrecargando con “CORREO AEREO” dos sellos oficiales de 10 y 20 centavos que habían sido emitidos dos años antes. Aunque la emisión fue de apenas 1,500 sellos de cada uno de los valores, durante más de 15 años su cotización en el catálogo Scott ha permanecido en 15 y no se espera que suban pues todo el mundo los mira con recelo

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