La Filatelia al Día
20 De marzo de 1982.No 108
Por Danilo A. Mueses
La pasada semana les hablamos de algunos tipos de “fakes”. La
labor del falsificador no para ahí, pues hay aún gran cantidad de material
legítimo que se adultera.
Una de las áreas de la filatelia en mayor auge
en el coleccionismo de sellos es la que se denomina “Historia Postal”. El término
es muy amplio pero comprende fundamentalmente el coleccionismo de sellos sobre
cubiertas y la cotización de tales piezas pueden aún más que centuplicar el
precio del sello suelto.
Vamos a darles un ejemplo de cómo puede subir
el precio de un sello sobre cubierta. En 1885 nuestro país emitió una serie 8
valores (c. a $2). El sello de 5
centavos de esta serie cotiza actualmente 50 centavos pero hace ya unos 5 años
(en ese entonces el sello cotizaba únicamente 25 centavos) recibimos una oferta
de una cubierta con ese sello por $75.00 o sean 300 veces su valor como sello.
El ejemplo dista mucho ser extremo y si hurgáramos un poco más en nuestros
archivos podríamos citarles casos aún más notorios.
Pues bien, la alta cotización que tienen en
el mercado este tipo de piezas ha hecho
que gran parte de los falsificadores actuales estén orientados hacia la
falsificación de cubiertas lo cual se hace falsificando los matasellos y
exponiendo sobres modernos a la acción de ciertos vapores que le dan la
apariencia de un sobre antiguo y en vista de los beneficios potenciales esto
podría ser una actividad altamente atractiva. A veces el sello ni siquiera
tiene que estar sobre cubierta pues muchas veces basta que el sello tenga un
matasello interesante o raro. Vamos a citarles dos casos.
Durante el período de la Anexión en nuestro
país se usaron los sellos que España usaba en Cuba y Puerto Rico. Estos sellos
valen normalmente apenas unos centavos; sin embargo los sellos usados en Santo
Domingo, que se reconocen únicamente como tales cuando llevan el matasello de
algunas de nuestras ciudades, cotizan varios cientos de pesos.
Otro caso. Entre los años 1860 y 1870, en las
oficinas de correos de muchos pequeños pueblos de los E.U., algunas veces no había
matasellos. Para suplir esa falta los empleados de correos solían ocupar sus
largas horas de ocio entre cartas y cartas, preparando matasellos con los
corchos de las botellas de whiskey de maíz que solían acompañarles. Los diseños
tienen todas las formas imaginables y uno de los más buscados tienen la forma
de un pollo corrido. Hace unos meses vimos subastar un sello común y corriente con un matasello
en forma de un pollo corriendo por $90.000. De ahí que los sellos con ese tipo
de matasello hayan sido ampliamente falsificados y no deban comprase, sin una
expertización.
Curiosos matasellos confeccionados por los
jefes de correos de los pequeños pueblos de Estados Unidos entre los años 1860
y 1870. Véase en el centro el famoso “pollo corriendo”.
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