martes, 12 de abril de 2016

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: El Escándalo de las Pruebas Postales (Parte I)

29 de enero del  1983

La Filatelia al Día
Por Danilo A. Mueses

Cuando hojeamos cualquier colección de sellos, nos llaman mucho más la atención las variedades, errores, ensayos, pruebas, muestras, etc. que los sellos comunes y corrientes, que la mayor parte de las veces son lugar común en las colecciones comunes y corrientes.

Ese material que tanto llama la atención no debería bajo ninguna circunstancia llegar a manos del público. De ahí que la mayoría de las administraciones postales sean, por lo menos en el papel, extremadamente celosas con el material que media entre la idea de un sello y el producto terminado.

En cuanto a los errores que se producen durante el proceso de impresión, hay una serie de inspectores que revisan una por una las hojas después que salen de la imprenta a fin de detectar cualquier error el cual debe ser destruido.

Todo ese material, aumenta el atractivo de cualquier colección por lo cual, nunca falta empleados inescrupulosos, ya sea en las imprentas o en el mismo correo, prestos a escamotear cualquier variedad o error que pase por sus manos pues saben que los coleccionistas siempre están dispuestos a apagar buenos dineros por todo lo que se aparte de lo común.

El asunto tiene amplias vertientes por las cuales podríamos discutir, porque nos preguntamos: ¿Ha visto alguien algo más atractivo que una colección que muestre la evolución de un sello desde el primer esbozo o “sketch” pasado por los dibujos del artista, diseño lineal, modelos, miniaturas, ensayos, “die proofs”, pruebas de plancha, ensayos de colores, pruebas de colores hasta llegar al sello terminado?

Ese tipo  de material, además de aumentar el valor de cualquier colección (muchas son piezas únicas), incrementan sus intereses, pues además de lo vistosas que se tornan, hacen que su valor didáctico sea mayor al mostrar las diferentes etapas por las cuales pasa un sello.
El problema surge sin embargo, por el hecho de que este material en la mayoría de los casos se produce en forma limitada y los gobiernos no disponen de mecanismos para desprenderse de el dando a todos iguales oportunidades. En consecuencia, lo que generalmente pasa es que los filatelistas y comerciantes más hábiles o con amigos cerca de los círculos por donde se mueve ese material, buscan la forma (generalmente ilegal) para seguir esas piezas que  legalmente son del Estado y deberían conservarse o destruirse.

Recientemente vimos como las autoridades de la Dirección General de Correos, sintiéndose impotentes para mantener un estricto control de los sellos en proceso de impresión, lo cual traía como consecuencia que de todas las emisiones aparecieran en el mercado sellos imperforados que eran sustraídos en las imprentas, decidieron que de todos los sellos se emitirán 10,000 sellos imperforados.
Esta decisión que no es la más sabía y que rechazamos con todas nuestras fuerzas, es, sin embargo, un índice del atractivo que tiene ese tipo de material en los círculos filat

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