La filatelia al Dia
El caribe, 5 de Febrero del 1983
Danilo Mueses
El Escándalo de las Pruebas Postales (Parte II)
La filtración de este tipo de materiales se produce en todos
los países, no solo en el nuestro. En los Estados Unidos, un país con un
impresionante número de coleccionistas de amplios recursos económicos para
comprar piezas de este tipo, no obstante el celo de las autorides postales las
cuales mantienen un estricto contro, se han producido verdaderos escándalos.
James A. Farley, director general de correos de los E. U. Entre
1933 y 1940 bajo el gobierno de Franklin D. Rooseveltr, fue protagonista en
1935 de uno de esos escándalos. En ese año, Farley autorizó la re-impresión de 20 sellos
que habían sido emitidos entre 1933 y 1934. Estas emisiones incluían la emisión
conmemorativa del Tratado de paz de 1783, la emisión de Byrd, Madres de
América, Tricentenario de Wiscosnisn, Siglo de Progreso, el sello aéreo de
entrega especial y la serie completa dedicada a parques Nacionales. Los sellos
fueron impresos en hojas imperforadas y sin goma y la emisión se hizo en
cantidades muy limitadas que eran luego vendidas a ciertas figuras políticas
quienes la vendían a su vez a comerciantes y coleccionistas con enormes
beneficios. El escándalo no tardó en estallar, la prensa protestó y hasta el
Gibbons Stamp Monthly de Inglaterra no vaciló en calificar los sellos como una “Prostitución
nauseabunda”.
En vista del escándalo a Farley no le quedó mas recurso que
emitir cantidades mayores de todos los sellos que el Boletín Postal No. 70782
definió como: “Emitidos por un tiempo limitado en hojas completas, tal como
fueron impresas y en Blocks para cubrir los requerimientos de los coleccionistas
y otras personas que pudieran estar interesadas”
El público denominó a estas emisiones como las “Follies de
Farley”
La administración de Roosevelt fue testigo de otro
escándalo, teniendo esta vez protagonista al mismo presidente. Como era de
todos conocidos la pasión de Roosevelt por los sellos, al ser elegido por
primera vez como presidente en 1932, un funcionario del Bureau of Engraving and
printing de los E. U. Sacó de las bóvedas todas las planchas de los ellos
emitidos entre 1894 y 1933. Las hizo limpiar y ordenó imprimir pruebas. Estas
fueron montadas en 12 álbumes y les fueron obsequiadas al nuevo presidente.
El morir el presidente las pruebas fueron valoradas en
$40,000 dólares y al ser subastadas alcanzaron el precio de $53,000. Las
protestas no se hicieron esperar y muchos se preguntaban si Mrs. Roosevelt
tenía la autoridad requerida para recibir $40,000 dólares pertenecientes al
estado. Hasta el prestigioso Chicago tribune editorializó diciendo: “… no se
trata de si las pruebas fueron regalos, se discute si los donantes tenían
derecho a regalar libremente cosas que eran propiedad del gobierno”
Las cosas sin embargo quedaron ahí y las pruebas ya están en
el mercado filatélico.
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