martes, 9 de agosto de 2016

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Los Sellos: Un Negocio del Correo (Parte II)

#155
La filatelia al día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 05 de Marzo de 1983, pág. 23


La situación de la emisión de sellos como negocio del correo (y muchas veces de particulares), se siguió deteriorando y ya no se emitían sellos para cubrir una función postal y que al mismo tiempo atrajeran a los coleccionistas, sino que se comenzaron a emitir los sellos para los coleccionistas, que si alguien quería podía usarlos para franquear una carta. As icemos países donde se vino a conocer el primer automóvil hace apenas unos años, emitir sin ton ni son, una serie de 12 valores  mostrando modelos clásicos de automóviles, y otro país mostrando todas las razas de gatos que han poblado la tierra empezando por Micifuz y terminando por Pícaro o cualquier otro minino surgido de la mente de Walt Disney o de quien sea.

Estos sellos se apartan radicalmente del concepto básico del sello postal que todos tenemos en mente, reduciéndolo al nivel de una etiqueta comercial que se aplica a una cajetilla de cigarrillos o a un queso. Tan pronto como un patrón de diseño muestra signos de estar establecido, surge alguien con otra idea para atraer a los coleccionistas.

A los países de la Europa Oriental le siguieron los nuevos países de áfrica, las lejanas islas de los mares del Sur y finalmente los Emiratos Árabes. Aunque la mayoría de esas emisiones eran rechazadas por ciertos círculos de coleccionistas conservadores y por comerciantes serios, siempre hay un mercado para este tipo de material.

Algunos comerciantes serios, aun llegan al extremo de negarse a operar con este tipo de sellos. Así vemos anuncios en los cuales se señala: “No I.C., No Dunes” o sea que no operan con sellos de países situados detrás de la cortina de de hierro ni con los Emiratos Árabes.

A pesar de todas las campañas que se han montado, nada se ha podido hacer para persuadir a los países que a han hecho de la emisión de sellos un negocio, que descontinúen tal práctica que tanto daño hace al coleccionismo de sellos. Y lo que es peor, algunos países que tradicionalmente eran señalados como ejemplos de una política seria y conservadora, han sucumbido ante el atractivo de unas ganancias fáciles a través de la venta de sellos a los coleccionistas y se han lanzado a emitir sellos con motivos banales. Notables entre otros son los Estados Unidos y sobre todo Inglaterra, cuya política de emisiones era puesta como ejemplo de ser emulado.

Sin embargo mientras las ventas de sellos para coleccionistas constituyen un renglón tan importante en las finanzas de países grandes y pequeños, no podemos esperar que la política de emisiones cambie radicalmente. Sirva sino como ejemplo el hecho de que en Brasil durante el año 1979 los ingresos de la sección filatélica del correo sobrepasaron los 12 millones de dólares y el Departamento de correos de los Estados Unidos que en el 1939 vendió $1,312,000 en sellos para coleccionistas, había aumentado las ventas para 1979 en $97.6 millones lo cual contribuyó un tanto a aliviar el déficit del Departamento de correos que para ese año sobrepasó los $295 millones de dólares.



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