#155
La filatelia al día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 05 de Marzo de 1983, pág. 23
La situación de la emisión de sellos como negocio del correo
(y muchas veces de particulares), se siguió deteriorando y ya no se emitían sellos
para cubrir una función postal y que al mismo tiempo atrajeran a los
coleccionistas, sino que se comenzaron a emitir los sellos para los
coleccionistas, que si alguien quería podía usarlos para franquear una carta. As
icemos países donde se vino a conocer el primer automóvil hace apenas unos
años, emitir sin ton ni son, una serie de 12 valores mostrando modelos clásicos de automóviles, y
otro país mostrando todas las razas de gatos que han poblado la tierra
empezando por Micifuz y terminando por Pícaro o cualquier otro minino surgido
de la mente de Walt Disney o de quien sea.
Estos sellos se apartan radicalmente del concepto básico del
sello postal que todos tenemos en mente, reduciéndolo al nivel de una etiqueta
comercial que se aplica a una cajetilla de cigarrillos o a un queso. Tan pronto
como un patrón de diseño muestra signos de estar establecido, surge alguien con
otra idea para atraer a los coleccionistas.
A los países de la Europa Oriental le siguieron los nuevos países
de áfrica, las lejanas islas de los mares del Sur y finalmente los Emiratos Árabes.
Aunque la mayoría de esas emisiones eran rechazadas por ciertos círculos de
coleccionistas conservadores y por comerciantes serios, siempre hay un mercado
para este tipo de material.
Algunos comerciantes serios, aun llegan al extremo de
negarse a operar con este tipo de sellos. Así vemos anuncios en los cuales se
señala: “No I.C., No Dunes” o sea que no operan con sellos de países situados detrás
de la cortina de de hierro ni con los Emiratos Árabes.
A pesar de todas las campañas que se han montado, nada se ha
podido hacer para persuadir a los países que a han hecho de la emisión de
sellos un negocio, que descontinúen tal práctica que tanto daño hace al
coleccionismo de sellos. Y lo que es peor, algunos países que tradicionalmente
eran señalados como ejemplos de una política seria y conservadora, han
sucumbido ante el atractivo de unas ganancias fáciles a través de la venta de
sellos a los coleccionistas y se han lanzado a emitir sellos con motivos
banales. Notables entre otros son los Estados Unidos y sobre todo Inglaterra,
cuya política de emisiones era puesta como ejemplo de ser emulado.
Sin embargo mientras las ventas de sellos para
coleccionistas constituyen un renglón tan importante en las finanzas de países
grandes y pequeños, no podemos esperar que la política de emisiones cambie
radicalmente. Sirva sino como ejemplo el hecho de que en Brasil durante el año
1979 los ingresos de la sección filatélica del correo sobrepasaron los 12
millones de dólares y el Departamento de correos de los Estados Unidos que en
el 1939 vendió $1,312,000 en sellos para coleccionistas, había aumentado las
ventas para 1979 en $97.6 millones lo cual contribuyó un tanto a aliviar el déficit
del Departamento de correos que para ese año sobrepasó los $295 millones de dólares.
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