#153
La filatelia al día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 19 de febrero de 1983, pág. 23
Muy al comienzo de mi carrera como coleccionista serio
(Había estado coleccionando desde los trece años) mostraba orgulloso la primera
página de mi álbum de la república Dominicana a un coleccionista avanzado, Allí
tenia adquiridos después de muchos sacrificios, muchos de los ellos clásicos de
nuestro país. Mi ego sin embargo, no tardo en desinflarse como un globo
atravesado por un alfiler cuando el colega me demostró que la mayoría de esos
sellos que con tanto orgullo mostraba no eran más que burdas falsificaciones.
Así es como se aprende, los tropezones hacen levantar los
pies dice el antiguo refrán, así que me dediqué a estudiar u a la lenta tarea
de aprender ya que me dije: No me volverán a timar.
Cuando se comienza a coleccionar sellos ( al estilo en que comienza
la mayoría, es decir con sellos comunes y corrientes de bajo precio) no hay muchas
probabilidades de que uno se tropiece con una falsificación. Sin embargo, a
medida que se avanzan y nos vamos metiendo en sellos cada vez más costosos, las
posibilidades de que nos tropecemos con una falsificación son mayores. De ahí
que debamos tener cuidado al adquirir
cualquier pieza de alto valor que son las que con más frecuencia son
falsificadas.
Ahora , esto no significa necesariamente que los sellos de
bajo precio no sean falsificados. Un ejemplo de ello lo tenemos en unos sellos
emitidos en nuestro país en 1981 y que muestra un mapa de la isla de santo
domingo. Aunque el valor de cátalo de la serie completa, la cual consta de
nueve valores, es de apenas unos 17$ y podría ser adquirida en algunos
comercios hace unos años por unos dos pesos, existen no una sino dos
falsificaciones.
Hay pocos aspectos del coleccionismo que hayan sido
estudiados con mayor profundidad que el asunto de las falsificaciones, por lo
cual cuando tengamos la intensión de comprar un sello cuyo precio sea digamos
de $25 en adelante, sería prudente investigar con alguien de más experiencia
que uno, si de ese sello se conocen falsificaciones. Hemos fijado esa suma en
forma más bien arbitraria pues, aunque como señalamos más arriba existen sellos
baratos que han sido falsificados, si un sello por el cual hemos pagado 2$
resulta falso, es posible que nos duela la cabeza un poco; pero si hemos pagado
$100 y luego descubrimos que era falso, el dolor de cabeza se convertirá en una
verdadera jaqueca y más si no tenemos a quien reclamar.
Afortunadamente de los sellos de nuestro país no existen
demasiadas falsificaciones, especialmente si lo comparamos con otros países.
Por ejemplo, recientemente leímos un artículo sobre los sellos falsos y como
detectarlos escrito por al Dr Werne M. Bohne, quien señalaba que su colección de
sellos Falsos de Alemania estaba constituida, asómbrense ustedes, ¡de 30 volúmenes!.
Asi que solo me resta establecer una última advertencia: ¡CUIDENSE DE LAS
FALSIFICACIONES
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