sábado, 21 de enero de 2017

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Museos Postales

La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 14 de Mayo de 1983, Pág. 23
#165



En varias ocasiones a través de la página de “El Filotélico” hemos abogado por la creación de un museo postal, o más bien un museo filatélico, O talvez la solución sea un museo postal-filatélico.

Creemos que la idea es buena, quizás por el hecho de que la idea es nuestra (todos creemos que nuestras ideas son buenas) o, ¿es realmente una buena idea? Muchos han señalado que la historia de la humanidad ha estado estrechamente ligada a la historia de las comunicaciones. De ahí que cualquier museo que refleje la historia postal-filatélica de un país despierte un gran interés.

En la mayoría de los países la parte postal y filatélica están estrechamente ligadas y en pocos museos aparece una parte separada de la otra. La razón es clara puesto que, en la mayoría de los países, antes de emitirse el primer sello ya existía un servicio postal. De ahí que, la parte filatélica no es más que el reflejo de la evolución de un servicio.

La parte postal de los museos tiene pos misión reunir todo aquello que tenga relación con la historia del correo y de las comunicaciones Esto puede incluir desde las antiquísimas tabletas de arcilla escrita por los babilonios en escritura cuneiforme 2000 años antes de Cristo, pasando por las cartas escritas en papiros o en pieles de animales hasta vehículos postales antiguos, uniformes de carero, buzones, aparatos telegráficos y telefónicos, valijas de carteros, etc.

Es evidente que la parte postal guarda un enorme interés, pero la parte que más llama la atención del público en general y de los coleccionistas en particular en la parte filatélica.

Aunque debemos reconocer que el sello no puede decirse en modo alguno que se muy museografiable debido a su fragilidad y por su misma naturaleza, su potencial didáctico es tal, que cada vez más países van montando sus colecciones nacionales ya sea compa parte de museos nacionales o en museos dedicados exclusivamente a la exhibición postal y filatélica.

En Europa prácticamente no existe ningún país donde no exista alguno y en varios países, entre los cuales podríamos citar, Alemania, Polonia e Inglaterra hay más de uno.

Hacer un recuento de los museos postales existentes en el mundo está aquí fuera de lugar, pero como dato interesante cabe señalar que el más grande de todos los museos postales del mundo es el formado por el museo británico. Ese museo fue iniciado en 1864 y desde entonces ha estado creciendo constantemente por las generosas donaciones que recibe que incluyeron entre otras la fabulosa colección que donara en su testamento el eminente coleccionistas Thomas K. Tapling. Hoy en día se estima que el valor de esa colección es superior a los $100 millones de dólares.

De este lado del Atlántico, hay notables museos especialmente en los Estado Unidos y Canadá. Hemos tenido la ocasión de admirar el Museo Nacional Postal Ottawa y sobre todo la parte postal-filatélica del museo Smithsoniano en Washington. Les aseguramos que ambos constituyen hitos obligaos para aquellos que coleccionan sellos.


En el ámbito latinoamericanos hay dos museos que comienzan a adquirir renombre por su función cultural, El primero de ellos es el museo postal cubano el cual, además de atesorar las colecciones recibidas por el país a través de donaciones como miembros de la UPU, contiene valiosísimas colecciones cubanas. El segundo es el museo filatélico de Medellín Colombia. Los que han tenido la oportunidad de visita ambos museos, han regresado verdaderamente entusiasmado de cuanto se ha hecho allí y de la proyección histórica y cultural que proporcionan esas instituciones

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