La Filatelia al Día
Por Danilo Mueses
El Caribe, 14 de
Mayo de 1983, Pág. 23
#165
En varias ocasiones
a través de la página de “El Filotélico” hemos abogado por la creación de un
museo postal, o más bien un museo filatélico, O talvez la solución sea un museo
postal-filatélico.
Creemos que la
idea es buena, quizás por el hecho de que la idea es nuestra (todos creemos que
nuestras ideas son buenas) o, ¿es realmente una buena idea? Muchos han señalado
que la historia de la humanidad ha estado estrechamente ligada a la historia de
las comunicaciones. De ahí que cualquier museo que refleje la historia
postal-filatélica de un país despierte un gran interés.
En la mayoría de
los países la parte postal y filatélica están estrechamente ligadas y en pocos
museos aparece una parte separada de la otra. La razón es clara puesto que, en
la mayoría de los países, antes de emitirse el primer sello ya existía un
servicio postal. De ahí que, la parte filatélica no es más que el reflejo de la
evolución de un servicio.
La parte postal
de los museos tiene pos misión reunir todo aquello que tenga relación con la
historia del correo y de las comunicaciones Esto puede incluir desde las antiquísimas
tabletas de arcilla escrita por los babilonios en escritura cuneiforme 2000
años antes de Cristo, pasando por las cartas escritas en papiros o en pieles de
animales hasta vehículos postales antiguos, uniformes de carero, buzones,
aparatos telegráficos y telefónicos, valijas de carteros, etc.
Es evidente que
la parte postal guarda un enorme interés, pero la parte que más llama la atención
del público en general y de los coleccionistas en particular en la parte filatélica.
Aunque debemos reconocer
que el sello no puede decirse en modo alguno que se muy museografiable debido a
su fragilidad y por su misma naturaleza, su potencial didáctico es tal, que
cada vez más países van montando sus colecciones nacionales ya sea compa parte
de museos nacionales o en museos dedicados exclusivamente a la exhibición
postal y filatélica.
En Europa
prácticamente no existe ningún país donde no exista alguno y en varios países,
entre los cuales podríamos citar, Alemania, Polonia e Inglaterra hay más de
uno.
Hacer un recuento
de los museos postales existentes en el mundo está aquí fuera de lugar, pero
como dato interesante cabe señalar que el más grande de todos los museos
postales del mundo es el formado por el museo británico. Ese museo fue iniciado
en 1864 y desde entonces ha estado creciendo constantemente por las generosas
donaciones que recibe que incluyeron entre otras la fabulosa colección que
donara en su testamento el eminente coleccionistas Thomas K. Tapling. Hoy en día
se estima que el valor de esa colección es superior a los $100 millones de dólares.
De este lado del Atlántico,
hay notables museos especialmente en los Estado Unidos y Canadá. Hemos tenido
la ocasión de admirar el Museo Nacional Postal Ottawa y sobre todo la parte
postal-filatélica del museo Smithsoniano en Washington. Les aseguramos que
ambos constituyen hitos obligaos para aquellos que coleccionan sellos.
En el ámbito
latinoamericanos hay dos museos que comienzan a adquirir renombre por su
función cultural, El primero de ellos es el museo postal cubano el cual, además
de atesorar las colecciones recibidas por el país a través de donaciones como miembros
de la UPU, contiene valiosísimas colecciones cubanas. El segundo es el museo
filatélico de Medellín Colombia. Los que han tenido la oportunidad de visita
ambos museos, han regresado verdaderamente entusiasmado de cuanto se ha hecho allí
y de la proyección histórica y cultural que proporcionan esas instituciones
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