La Filatelia al Día
27 De marzo de 1982.No 109
Por Danilo A. Mueses
Vivimos en un mundo en conflicto donde las
naciones grandes y pequeñas, cada día parecen menos dispuestas a emprender,
conjuntamente, acciones de cooperación internacional. Sin embargo, en este
mundo de intereses encontrados hay una institución que ha venido laborando
armónica y prácticamente sin tropiezos desde su fundación. Hace más de un
siglo. En 1874. Nos referimos a la Unión Postal Universal, más conocida por
algunos por sus siglas en UPU.
Antes de la creación de la UPU, enviar una
carta a un país extranjero era una proeza pues las autoridades postales del
país de origen de la carta no estaban facultados para llevarlas hasta su
destino y el correo en el país del destinario no se sentía obligado a entregar
una carta cuando el franqueo le había sido pagado ya a otro país.
En muchos casos, la situación se resolvía
mediante el procedimiento de que el remitente pagaba su franqueo con lo cual se
aseguraba de que las autoridades postales de su país la enviaran hacia el
exterior pero al llegar a su destino, el destinario debía pagar para recibir la
carta. En esos casos encontraban que las cubiertas tienen, además de los sellos
del país de origen, sellos multa del país de destino.
En otros casos, había oficinas postales de
algunas de las grandes potencias que servían
en los países más pequeños.
Tal era por ejemplo el caso de Inglaterra que
mantuvo entre 1857 y 1880, 79 oficinas postales diseminadas por casi todo el
mundo. Como Inglaterra para esa época era la “Reina de los Mares”, sus barcos
se encargaron de entregar la correspondencia casi en cualquier punto del globo
aunque sus posibilidades estaban casi limitadas a los puertos. No había
posibilidad de que una carta le llegara a alguien en el interior de digamos
Suiza. El problema de los sellos por otro lado persistía pues las autoridades
dominicanas insistían en que toda carta que saliera de aquí llevara los sellos
dominicanos y la oficina postal inglesa que estaba a bordo de un buque
exigía los sellos ingleses. Las cartas
con sellos de dos países se denominaban con franqueo mixto y son piezas que
alcanzan una alta cotización en el mercado filatélico internacional. Se conocen
piezas que llevan un franqueo triple.
Muchos países, para obviar estos problemas
comenzaron a celebrar convenios bilaterales mediante los cuales, sus
autoridades postales se comprometían a dar curso a la correspondencia del otro
país signatario. Eso pudo resolver un problema pero los inconvenientes seguían
ya que para los años del 1860 la mayoría de los países más importantes
disponían de sellos postales y el movimiento de la correspondencia se había
multiplicado; en consecuencia había amplias zonas del mundo hacia donde era
prácticamente imposible enviar una carta. Se requería de alguna organización
supranacional que regulara todo lo relacionado con el movimiento internacional
de la correspondencia.
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