miércoles, 17 de junio de 2015

El túnel el tiempo de la filatelia: El Correo como un servicio a la Comunidad (Parte lI)

La Filatelia al Día
Mayo 22  de 1982: No 117
Por Danilo A. Mueses

En el mundo moderno, cobran cada día mayor importancia las comunicaciones. De ahí que la mayoría de los gobiernos se encuentren preocupados tanto por el deterioro en el nivel de servicio como por los costos crecientes del correo.

El público que protesta y se han producido situaciones como son empresas que operan  por correo y que dependen de que los costos de franqueo sean razonables y de que haya rapidez en servicio, que han llegado hasta la quiebra. Otras empresas han tenido que variar sus sistemas y aún ha habido empresas que han optado por enviar su correspondencia a otros países en grandes paquetes para que se le despache desde allí.

Supongamos una empresa que debe despachar  desde los E.U. 4,000 piezas semanales a clientes en su país. Como el costo de esas 4,000 piezas a 20c. Serían $800, esa empresa puede optar por enviar a la Rep. Dom. , en un paquete que podría pesar unos 50 kgs y tener una persona que se encargue de despacharlos desde aquí por el beneficio del cambio de moneda y ahorrarse unos $300 semanales o $15,000 por año.

Hay países sin embargo, que han enfrentado el problema con decisión. Un ejemplo de éstos ha sido la Oficina de Correo de Brasil. Las autoridades postales de ese país comenzaron a manejar el correo una empresa privada al margen del Gobierno Central y las cosas comenzaron a mejor.

En vista del éxito económico alcanzado por la Administración de Correos de Brasil, los administradores postales de otros países preguntaron a Adwaldo Cardoso Balto de Barros, Director de la Oficina de Correos sobre la clave de su secreto.  “No tenemos ningún secreto” respondió Cardoso “Nuestras línea de acción puede encontrarse en cualquier libro de economía básica”.

Entre las principales medidas adoptadas estuvieron:
  •         Aumento de los precios de  los postales, anteriormente subvencionado por el Estado.
  •         Actualmente, enviar una carta dentro de Brasil cuesta  el equivalente de 10c de dólar.
  •         Creación de nuevos servicios especiales para caratas comerciales entre empresas, con bolsas de correos exclusivas y tarifas de descuentos.
  •         El imanación de los impuesto políticos (léase botellas) y de los empleados a los que antes no se podían despedir, y aplicación de las mismas leyes laborales que rigen en las empresas privadas.
  •         Reducción drástica de los costos de transporte de cartas entre diferentes ciudades mediante la información de una flota de aviones privados y alquilados, que ahora llevan la correspondencia.
  •        Ampliación de su departamento filatélico que ahora recibe más de $1.0 millones de dólares mensuales por sus ventas a los coleccionistas.

Como consecuencia de los cambios operados en el servicio, en 1978 la Oficina de Correos de Brasil tuvo ganancias de más de $40 millones de dólares. Como opera como si fuera una empresa privada, sus utilidades las invierte en bonos del Gobierno que ganan una alta tasa de interés, pero paralelamente han iniciado un programa de modernización todo su equipo automatizándolo y capacitando a su personal para que mejoren la eficiencia de la Institución. El Correo de Brasil maneja más de 3,000 millones de piezas por año.

Lo que se ha hecho en Brasil, es evidente que se puede hacer en otros países, incluyendo el nuestro. El problema en la mayoría de los casos es que se opta por la solución más fácil que es aumentar la tasa sin preocuparse verdaderamente de origen del déficit, en consecuencia, el público se ve obligado a pagar tasa cada día más elevadas sin que paralelamente el nivel de servicio mejore.


La República Dominicana tiene actualmente una de las tasas más bajas del mundo, pero por otro lado el servicio es muy pobre (recientemente recibimos una pieza que nos había enviado en agosto del pasado año). Se ha hablado últimamente de aumentar las tarifas. No sabemos cómo estará aquí la relación entre ingresos pero, como los ingresos mayores que se producirían como consecuencia del auto de las tarifas no irían al Correo sino a los fondos generales del país, no hay ninguna garantía de que el servicio mejorará.

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