miércoles, 25 de mayo de 2016

El túnel del tiempo de la filatelia: Los Sellos: Un Negocio del Correo (Parte 1

La Filatelia al Día #154
El Caribe, 26 de febrero de 1983
Pág. 23
Danilo Mueses

Cuando nos acercamos a la ventanilla de correo con una carta en la mano, los señores que manejan las finanzas del país tiemblan porque saben que con cada carta que se deposita en el correo, el fisco pierde una suma, pequeña , ero perdida al fin. Es un hecho en casi todo el mundo que pocos servicios postales son instituciones rentables.

Cuando un coleccionista en cambio se acerca a la sección filatélica del correo, esos mismos señores que nos miraban con el ceño adusto, ahora sonríen. El correo nos está vendiendo pedacitos de papel coloreados a precios tan altos como si fuera de oro y no nos prestan en cambio ningún servicio  de ahí que el coleccionismo de sellos que antiguamente era considerado por muchos empleados de correo como una molestia, ha comenzado a ser tratado cada vez con mayor diferencia pues saben que puede constituir la diferencia entre que el servicio de correos pierda o gane y aún hay países para los cuales constituye una parte de los ingresos totales de un país.

 Entre los países que han hecho de la emisión de sellos un lucrativo negocio llegando a representar una poderosa fuente de ingresos están Mónaco, San Marino, Vaticano, Naciones Unidas y Liechtentein. Estos  son los países que tradicionalmente ha sido citados como naciones que se dedican a emitir sellos para coleccionistas.

El filón fue descubierto temprano en el pasado siglo, cuando el coleccionismo de sellos distaba de alcanzar el auge que tiene ahora. Ya por la década del 80 y a principios del 90 del siglo pasado un grupo de países habían comenzado a emitir sellos para vender a los coleccionistas. Eran los tiempos de Seebeck (de quien tendremos ocasión de hablar) y un grupo de coleccionistas preocupados por la avalancha de emisiones especulativas, monto una campaña de ataque y aún llegaron a funda en Inglaterra en 1895 la que se llamó la Sociedad de la Supresión de las Emisiones Especulativas aunque la Sociedad no logró plenamente sus objetivos y aún fue objeto de la burla de los escritores que la llamaban SSSS ( por sus siglas en ingles) pero dándole carácter ya fuera de un siseo o de un llamado  a silencio por lo menos logró reducir la avalancha.

Fue así como durante muchos años, al hablar de países que emitían sellos para los coleccionistas se hablaba de Mónaco, San Marino y uno que otro más. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el panorama filatélico mundial cambio radicalmente y las naciones situada detrás de la famosa cortina de hierro de Churchill comenzaron a emitir sellos cada vez más vistosos y con mayor frecuencia los cuales, aunque eran atacados duramente por las Sociedades filatélicas occidentales y los coleccionistas serios, hacían las delicias de millones de coleccionistas temáticos, dispuestos a  su insaciable voracidad a engullir cualquier cosa que estuviera dentro de sus respectivas aireas de intereses.


Al principio , y esto volviendo un poco atrás, se hacían sellos vistosos los cuales, aunque tenían el carácter especulativo caían en general en las categorías de emisiones definitivas como eran aquellas de la Compañía de Mozambique o de Liberia, o sellos conmemorativos como podrían ser los sellos colombios emitidos en los estados Unidos en 1893 y en nuestro país en 1899.

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