La Filatelia Al día
No. 169
El Caribe, 11 de
junio de 1983, Pág. 23
En los Estados
unidos, un país tan dado a llevar estadísticas, han estimado que 22 millones de
norteamericanos coleccionan, con mayor o menor pasión, sellos de correo, La
cantidad que hay diseminada por el resto del mundo ha sido calculada en otros
100 millones.
No podemos atestiguar
ambas cifras pues confesamos sinceramente que no nos hemos tomado el trabajo de
contarlos, pero de lo que si estamos seguros es de que más gente colecciona
sellos, que los que se dedican a cualquier otro pasatiempo.
Mucha gente que
acostumbra a leer en la prensa diaria las noticias sobre los precios fabulosos
que alcanzan ciertas gemas de la filatelia, podrían pensar que es un pasatiempo
reservado a personas con un alto nivel económico. Nada más lejos de la verdad,
las piezas realmente caras son una minoría; vamos a llegar aún más lejos: los sellos
que valen más de $100 (en 1983) no llegan al 1% de todos los sellos emitidos en
los 143 (para 1983) años que hace que se emitió el primer sello.
Se pueden formar
colecciones interesantísimas o aun no llegar a formar una verdadera colección,
sin gastar más que unos 2 a 3 pesos (pesos dominicanos en 1983) al mes y aun así
disfrutar un montón. Y es que una cosa
es una gran colección formada con el expreso propósito de competir en una exposición
internacional y otra un grupo de sellos que se colecciona por el solo placer
que proporcionan sus multicolores figuras.
Suponemos, amigo lector,
que, si usted está leyendo esta columna, es aficionado a los sellos y no
tendremos que decirle mucho para convencerle del gran poder que tiene el sello
como relajante, como cultura, como un medio de matar el “spleen” de unos ratos
de ocio vacíos, pero usted puede ayudar a un amigo, puede recomendarle que
coleccione sellos y estoy seguro de que pocos (si es que hay alguno) de los que
sigan su consejo, tendrán algún día algo que lamentar.
Aunque comenzamos
diciendo en el título de esta columna que es un pasatiempo era una necesidad
humana, debemos reconocer que el coleccionismo de sellos o de cualquier otra
cosa, es un pasatiempo que ha prendido más en los países templados y fríos,
donde la gente, especialmente en el invierno, suele pasar largas veladas al
calor del hogar entretenido en sus sellos.
Y es que debemos
admitir que, aunque en algunos países, especialmente en los Estados Unidos, están
comenzando a hacer promoción de la filatelia como actividad de grupo,
estimulando la concurrencia a exposiciones y convenciones, el coleccionismo de
sellos es en lo medular una actividad para hacer dentro de la casa. Pero ¿Cuántos
de ustedes no pasan por lo menos una o dos noches por semana en la casa?
Estamos seguros de que, si se abocan al coleccionismo de sellos, al tiempo que
ampliaran su cultura y sus horizontes, disfrutaran de uno de los pasatiempos más
absorbentes que el hombre ha descubierto, desde aquellos lejanos días en que el
hombre de la caverna dedicaba los escasos momentos de ocio de que disponía, a
pintar figuras de animales o a recoger piedrezuelas de colores, ajeno a
cualquier función utilitaria.
¡Coleccione
sellos! Los coleccionistas de sellos son gente emocionalmente estables y
felices. Se lo dice alguien que, habiendo coleccionados sellos por unos 35 años,
debe a estos muchos de sus mas relajantes momentos.
Nota: En la
actualizad el Ing. Mueses ha dedicado casi 70 de sus 82 años al coleccionismo
de sellos.
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