El Caribe
25 de Julio del 1983
Danilo Mueses
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El valor de los sellos aumenta cada año. La razón
principal de ese aumento de los precios es el proceso natural de la inflación y
el aumento en el número de coleccionistas que pugnan por una cantidad fija de
ellos. Esto, como es natural, hace que los precios suban.
Hay, sin embargo, una causa que, aunque no tiene
demasiada significación, contribuye en algo al aumento de los precios y es la
desaparición de ejemplares como consecuencia de incendios, daños causados por
malos tratos, accidentes, etc. La mayoría de esas pérdidas se producen en forma
anónima y el público no se llega a dar cuenta. Solo en circunstancias
excepcionales la noticia llega al público como fue el caso del coleccionista
alemán que al perder su colección en un incendió se suicidó pues no pudo
soportar la pérdida de sus preciados sellos.
Hay sin embargo ocasiones en que las pérdidas afectan a
piezas consideradas como clásicas y la noticia se difunde a través de los
medios noticiosos, De esas pérdidas hablaremos hoy.
Entre los sellos más famosos del punto están los “Post Offfice:
de Mauricio”. Los sellos son excepcionalmente escasos y solo se conocen 14 copias
del sello de 1d y 12 del sello de 2d.
Pocos han sido dichosos que han encontrado uno de estos
sellos. Hay, sin embargo, dos personas que tuvieron la fortuna de encontrar
sendos ejemplares y luego los perdieron.
El primero de ellos, de nombre Noirel, vivía en la isla
de Mauricio y buscando entre viejos papeles tuvo la suerte de encontrar dos
ejemplares del sello de 1d. Sabiendo de un amigo que estaba interesado en esos
sellos, se los ofreció. El amigo, no obstante, solo de interesó en un ejemplar
por lo cual Noirel guardó el otro en el bolsillo de su saco. Días mas tarde
otro coleccionista que supo de su dicha, se le acercó ofreciendo comprarle el
otro ejemplar. Noirel fue apresuradamente a su casa a buscar el sello. Preguntó
a su esposa por el saco y para su consternación, esta le avisó que lo había enviado
a la tintorería. Demás está decirles que cuando Noirel busco en el bolsillo de
su saco allí no había ni trazas del sello.
Otros dos ejemplares perdidos para siempre fueron los que
un turista norteamericano de nombre Bratt, compró en un bazar de un pequeño
puerto de la India. Allí pudo encontrar 2 sellos, uno de 1d y el otro de 2d.
Por razones de seguridad los colocó ambos en la tapa posterior de su reloj de
bolsillo. En la noche, un ladrón entró en su habitación y le robó el reloj.
Bratt de inmediato dio parte a la policía y ofreció una
buena recompensa por la captura del ladrón. La siguiente mañana la policía
atrapó el caco mientras este trataba de vender el reloj. La alegría de Bratt
duró poco porque para consternación suya descubrió que los sellos habían
desaparecido. Al preguntarle al ladrón por los sellos, este respondió: “¿usted
pregunta por esos papelitos? Yo los tiré al fuego para borrar cualquier rastro.
Otro famoso sello desaparecido
fue uno de los cuatro ejemplares conocidos del dos reales azul de 1850 de
España. Este es, como mucho, el sello más escaso de España. Como uno de esos
cuatros ejemplares está en la colección Tapling que atesora el museo británico,
de hecho, sólo existían tres sellos en el mercado. Durante la Guerra Civil
Española de 1936, el único ejemplar de este sello existente en España,
desapareció. ¿Reaparecerá? Nadie lo sabe, pero desde entonces no se ha vuelto
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