domingo, 26 de marzo de 2017

EL Túnel del Tiempo de la Filatelia: Grandes Pérdidas


El Caribe
25 de Julio del 1983
Danilo Mueses
Pag 23

El valor de los sellos aumenta cada año. La razón principal de ese aumento de los precios es el proceso natural de la inflación y el aumento en el número de coleccionistas que pugnan por una cantidad fija de ellos. Esto, como es natural, hace que los precios suban.
Hay, sin embargo, una causa que, aunque no tiene demasiada significación, contribuye en algo al aumento de los precios y es la desaparición de ejemplares como consecuencia de incendios, daños causados por malos tratos, accidentes, etc. La mayoría de esas pérdidas se producen en forma anónima y el público no se llega a dar cuenta. Solo en circunstancias excepcionales la noticia llega al público como fue el caso del coleccionista alemán que al perder su colección en un incendió se suicidó pues no pudo soportar la pérdida de sus preciados sellos.
Hay sin embargo ocasiones en que las pérdidas afectan a piezas consideradas como clásicas y la noticia se difunde a través de los medios noticiosos, De esas pérdidas hablaremos hoy.
Entre los sellos más famosos del punto están los “Post Offfice: de Mauricio”. Los sellos son excepcionalmente escasos y solo se conocen 14 copias del sello de 1d y 12 del sello de 2d.
Pocos han sido dichosos que han encontrado uno de estos sellos. Hay, sin embargo, dos personas que tuvieron la fortuna de encontrar sendos ejemplares y luego los perdieron.
El primero de ellos, de nombre Noirel, vivía en la isla de Mauricio y buscando entre viejos papeles tuvo la suerte de encontrar dos ejemplares del sello de 1d. Sabiendo de un amigo que estaba interesado en esos sellos, se los ofreció. El amigo, no obstante, solo de interesó en un ejemplar por lo cual Noirel guardó el otro en el bolsillo de su saco. Días mas tarde otro coleccionista que supo de su dicha, se le acercó ofreciendo comprarle el otro ejemplar. Noirel fue apresuradamente a su casa a buscar el sello. Preguntó a su esposa por el saco y para su consternación, esta le avisó que lo había enviado a la tintorería. Demás está decirles que cuando Noirel busco en el bolsillo de su saco allí no había ni trazas del sello.
Otros dos ejemplares perdidos para siempre fueron los que un turista norteamericano de nombre Bratt, compró en un bazar de un pequeño puerto de la India. Allí pudo encontrar 2 sellos, uno de 1d y el otro de 2d. Por razones de seguridad los colocó ambos en la tapa posterior de su reloj de bolsillo. En la noche, un ladrón entró en su habitación y le robó el reloj.
Bratt de inmediato dio parte a la policía y ofreció una buena recompensa por la captura del ladrón. La siguiente mañana la policía atrapó el caco mientras este trataba de vender el reloj. La alegría de Bratt duró poco porque para consternación suya descubrió que los sellos habían desaparecido. Al preguntarle al ladrón por los sellos, este respondió: “¿usted pregunta por esos papelitos? Yo los tiré al fuego para borrar cualquier rastro.
Otro famoso sello desaparecido fue uno de los cuatro ejemplares conocidos del dos reales azul de 1850 de España. Este es, como mucho, el sello más escaso de España. Como uno de esos cuatros ejemplares está en la colección Tapling que atesora el museo británico, de hecho, sólo existían tres sellos en el mercado. Durante la Guerra Civil Española de 1936, el único ejemplar de este sello existente en España, desapareció. ¿Reaparecerá? Nadie lo sabe, pero desde entonces no se ha vuelto

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