sábado, 18 de marzo de 2017

El Túnel del Tiempo de la Filatelia: Matasellos (Parte I)

El Caribe
2 de Julio de 1983
Pag. 23
No. 172
Por Danilo Mueses

El coleccionismo de sellos ha ido evolucionando y lo que hoy se colecciona y vuelve loco a la gente podría ser algo que nadie miraba o le interesaba 30 o 40 años atrás; y ni que decir de hace un siglo.

Hoy en día, uno de los aspectos del coleccionismo de sellos que más llama la atención son los matasellos, pero aun estos han sido considerados a lo largo del tiemplo bajo diferentes perspectivas.

Originalmente la gente prefería los sellos sin cancelar. Así fue durante muchos años hasta que hizo su aparición ominosa el falsificador y la gente comenzó a exigir que los sellos estuvieran cancelados pues se consideraba que la cancelación era ya una prueba de que el sello había pasado por el correo y que por tanto era legítimo. Los coleccionistas de esa época (último cuarto del pasado siglo y comienzos del actual) en su ingenuidad, no comprendían que, quien tiene la habilidad para falsificar un sello, no se va a intimidar ante las dificultades de un matasello.

Eso no fue sin embargo óbice para que muchos coleccionistas exigieran que los sellos estuvieran cancelados y, como es natural, estos eran complacidos por los comerciantes inescrupulosos quienes en su desparpajo llegaban algunas veces hasta el extremo de avisar que esas cancelaciones eran aplicadas por ellos en sus tiendas. Así, por ejemplo, la mayoría de los sellos dominicanos de la emisión de 1800-81 que aparecen cancelados, estas cancelaciones son falsas. Esto puede apreciarse en el hecho de que el falsificador de los matasellos, en su ignorancia de la costumbre local, dispuso las fechas en la siguiente forma “Jun-12-82” que es la forma usual en Estados Unidos, en vez de “12-Jun-82” que era y sigue siendo lo usual en este país.

Para esa época había dos tendencias principales. La primera consideraba que el matasello debía estar ubicado en una esquina (preferiblemente en la inferior izquierda del sello) mientras que otro grupo exigía un matasello nítido y perfectamente centrado, el llamado “socked on the nose” que vendría a ser algo así como “golpeado en la nariz”. El notable coleccionista norteamericano Theodore E. Steinway era aficionado a este tipo de sellos y llego a formar una colección notable con sellos matasellados en esa forma.
Pasada la sicosis de los sellos falsos, la gente volvió a los sellos sin cancelar y el sello matasellado perdió todo su atractivo porque la gente exigía que los sellos estuvieran lo más cerca posible de su condición en el momento de ser emitidos.

En la actualidad, aunque no podría decirse que los sellos in cancelar hayan perdido el favor de los coleccionistas, la rueda ha vuelto a girar 180 grados y los matasellos son buscados ávidamente por legiones de filatelistas en todo el mundo. La razón de ese renacer del interés en los matasellos es consecuencia del auge del coleccionismo de “historia postal” ósea de los sobres completos.

De eso sin embargo hablaremos la próxima semana.

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