miércoles, 2 de agosto de 2017

EL Túnel del tiempo de la Filatelia: La Sociedad Filatélica Dominicana (Parte I)

#186
8 de Octubre de 1983
El Caribe
Pos Danilo Mueses
Pag 23


El hombre es un ser gregario y de ahí que desde las épocas más primigenias hayan florecido sociedades de todo tipo en las cuales personas de muy diferentes actividades, edades, orígenes, formación, etc. Pero con un interés común se reúnen para participar y disfrutar de esa razón común.

Las sociedades filatélicas, se puede decir que nacieron con el coleccionismo de sellos. No todos los autores están de acuerdo sobre cuál fue la primera sociedad filatélica pues mientras Cativiela señala que en 1864 Herpin y Legand fundaron “Societé Philatelique de Paris”, J. Mackay dice que la primera sociedad filatélica fue “The Philatelic Society” que fura fundada el 10 de abril de 1869 por Sir Daniel Cooper. The Philatelic Society se convirtió luego, en 1906, en The Royal Philatelic Society.
En nuestro país, en 1885 se fundó la Sociedad Filotélica de Santo Domingo, siendo por tanto esa nuestra primera sociedad filatélica. En ese sentido puede señalarse que nuestro país se adelantó a muchos países hispanoamericanos y aun nos adelantamos a España cuya primera sociedad filatélica no fue fundada hasta 1888 en Barcelona.

Cabe señalar, sin embargo, que ya para fines del pasado siglo, en la mayoría de los países latinoamericanos se había desarrollado un movimiento filatélico poderoso que estaba organizado alrededor de sociedades filatélicas.
Aunque reconocemos que la filatelia (y ya de eso hemos hablado a través de esta misma columna) no es una actividad social pues no se hace filatelia en reuniones de clubes, pertenecer a una sociedad filatélica es algo fundamental.

Es evidente que no todos los filatelistas inscritos en una sociedad derivaran los mismos beneficios. El principal tendrá la oportunidad de canjear sus duplicados ya sea directamente o a través de anuncios publicados en las revistas de las sociedades, valiosas sugerencias sobre catálogos, álbumes, como orientar su colección, etc.; el intermedio podrá participar en las subastas, podrá consultar en la biblioteca de la sociedad y el avanzado se beneficiara del consejo experto de coleccionistas aún más avanzados que él, expertizaje, y lo que a veces es más importante: donde adquirir esa pieza rara que por tanto tiempo hemos estado buscando.

Y a propósito de esa información, en nuestro quehacer como miembros de la Sociedad Filatélica Dominicana, decenas de coleccionistas miembros de la Sociedad han conseguido sellos raros, gracias a información que les hemos proporcionado, pero por nuestra parte también hemos conseguido una serie de piezas que de no haber sido miembros de la Sociedad, difícilmente hubiéramos podido saber de ellas.

Pero, finalmente, si usted ya llego a la cima, donde no requiere de sellos ni de consejos, en una Sociedad tendrá la oportunidad de ayudar a otros que comienzan, a dar sus primeros pasos sin tener que dar los tropezones que usted dió.


Las sociedades filatélicas en última instancia, proveen un amplio canal para el intercambio de información y para hacer amigos; amigos con los cuales se puede contar tanto en nuestro quehacer de filatelistas como en la vida diaria. Estas amistades por si solas justifican plenamente nuestra participación en las sociedades filatélicas.

No hay comentarios: