La edad de la jubilación en los
países desarrollados es a los 65 años, pero no, usted ya llegó a los 75. Aunque
se siente saludable, por ley natural ya no son muchos los años que le quedan.
Aunque es la época dorada para disfrutar
de su colección de sellos, ya es tiempo de comenzar a pensar que será de la
misma cuando usted ya no esté. Si su colección es de poco valor, no hay razón
de preocuparse pues se unirá a ese montón de cosas que hemos ido acumulando a
lo largo de nuestra existencia sin que nos preocupemos que harán con ellas
nuestros herederos.
El caso de una colección valiosa es
diferente. En las publicaciones del ramo ocasionalmente encontramos artículos
que tratan de orientarnos sobre los pasos a seguir. Uno de los problemas es que
muchos de esos artículos están escritos en países con miles o aún millones de
coleccionistas de alto nivel y las recomendaciones que nos hacen,
lamentablemente, son extrapolables a un país con unos pocos cientos de
coleccionistas muchos de ellos con recursos limitados.
Una de las recomendaciones que hemos
encontrado es que se trate de ir vendiendo la colección pieza a pieza. Esto es
posible, por ejemplo, a través de eBay pero es un proceso lento y que demanda
cierta habilidad. Al final podemos quedarnos con una gran cantidad de sellos
invendibles casi a cualquier precio.
El medio ideal de venta es encontrar
un colega interesado en la colección. Por este medio posiblemente conseguiremos
el mejor precio.
Las grandes casas de subastas
aceptan poner a la venta colecciones de alto nivel. En los últimos años hemos
visto las colecciones Bustamante de Perú, la Alemany de Argentina y la de Ojos
de Buey de Goggel ofrecidas en subastas. Esto, sin embargo, solo se aplica a
colecciones importantes.
Dos recomendaciones finales.
Primero, prepare un inventario de su colección con los precios: de catálogo
para los sellos y un estimado realista para las cubiertas y otras piezas. Esto
le ayudará en cualquier negociación. La realidad es que pocos saben cuanto vale
realmente su colección. Recuerde que solo colecciones excepcionalmente buenas
se logran vender por encima del 50% del estimado que hacemos. Después que haya
hecho esa tasación, informe a sus herederos la suma a la que llegó. Para la
familia de muchos filatelistas, el valor de nuestra colección es algo arcano
pues para evitar broncas con la esposa evitamos decir cuanto hemos estado
invirtiendo en nuestra colección.
Lo ideal es que vendamos en vida
nuestras amadas colecciones, pero que quede claro: si decidimos dejar la tarea
de vender nuestra colección a nuestros herederos, estos deben tener una idea
clara de cuanto pueden aspirar por ella.
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